Esta presión económica se suma a las dificultades que entraña la gestión de un número de cuentas digitales cada vez mayor. Combinados, estos dos factores causan la llamada ‘fatiga de suscripciones’.
Una reciente encuesta de ExpressVPN pone de relieve que 2 de cada 5 personas experimenta esta ‘fatiga de suscripciones’, una cifra que se espera que aumente a medida que continúan incrementando los precios de estas cuotas. Son cada vez más las empresas digitales que optan por un modelo de pago de suscripción para financiar sus servicios, lo que está empujando al límite la viabilidad de este modelo.
Compartir cuentas, una alternativa
Una de las posibles soluciones a este problema pasa por utilizar cuentas compartidas siempre que sea posible. Pagar solo por una parte de una cuenta de Max, o acordar con un amigo que uno pagará Spotify y el otro pagará Prime Video, son recursos que nos permiten ahorrar parte del dinero que destinaríamos a nuestras suscripciones y seguir disfrutando de todos los servicios digitales que nos interesan.
El análisis realizado por ExpressVPN muestra que un 48% de los usuarios de internet comparte al menos una suscripción online, y un 1% llega a compartir hasta 7. Esto demuestra que sigue habiendo muchas suscripciones digitales que pueden compartirse con otros usuarios, lo que no solo supone un importante ahorro económico, sino que además despeja nuestra mente frente al pago continuo de cuotas de suscripción online.
Las opciones de software gratis
Sin embargo, no todos los servicios online se pueden compartir. Para reducir la fatiga de las suscripciones en estos casos, quizá podamos recurrir a soluciones de software gratuito para reemplazar las aplicaciones que optaron por un modelo SaaS. En lugar de Canva se puede usar Crello, por ejemplo. En lugar de Zoom, Google Meet. En vez de Microsoft Office, Libre Office. Y, como estos, hay muchos otros ejemplos.
Si bien las alternativas gratuitas no son idénticas a las opciones de pago, sí que pueden ser una buena solución cuando solo necesitamos utilizar ciertas aplicaciones de forma puntual, pero necesitamos sus funciones completas. Esto nos puede suponer un importante ahorro en cuotas a las que de otro modo deberíamos hacer frente, descongestionando nuestro presupuesto para poder dedicarlo a las suscripciones que nos son más necesarias.
Las cancelaciones, una opción triste pero necesaria
Por otra parte, llega un punto en el que debemos aceptar que tenemos una cantidad de suscripciones excesiva, y toca cancelar las que no nos hacen falta. La mayoría de la gente no necesita cinco plataformas de streaming diferentes en su televisor. Mantener solo una o dos nos dará acceso a un extenso catálogo de películas y series que garantizará nuestro entretenimiento sin necesidad de gastar de más.
Otro tanto se puede decir sobre las suscripciones a servicios Premium que quizá no nos hagan falta. Aunque resulta genial contar con una marca de verificación en Instagram o X, el elevado costo anual de estas suscripciones nos invita a plantearnos si realmente las necesitamos, o si se trata solo de una compra por vanidad. Una buena reestructuración de nuestras suscripciones probablemente implicará algunas bajas en el proceso.
Las empresas deben asumir su responsabilidad
Las compañías que ofrecen servicios digitales deben considerar hasta qué punto tiene sentido continuar ofreciendo únicamente planes de suscripción a sus usuarios. Aunque sin duda el modelo SaaS puede llegar a ser muy rentable y ofrece una mayor estabilidad económica para estas empresas, lo cierto es que también puede jugarles en contra y hacer que pierdan una buena parte de sus usuarios en favor de otras alternativas más razonables.
La solución pasa en buena medida por reinventar el modelo SaaS, ya sea ofreciendo suscripciones a menor precio para quienes no pueden permitirse los pagos Premium, o aceptando que ciertos servicios no son ideales para ofrecerlos mediante suscripción. En algunos casos es preferible optar por sistemas de compra de créditos para hacer uso de un software, o, sencillamente, volver al clásico modelo de compra mediante un pago único.