De acuerdo con el Informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas de las Naciones Unidas, 40% de los polinizadores invertebrados del mundo se encuentran en peligro de extinción; entre ellos, se hallan algunos tipos de abejas y de mariposas.
A pesar de que las abejas productoras de miel representan sólo alrededor de 5% del total de las especies de abejas, son de las especies polinizadoras más eficientes. En general, 90% de las fitoespecies florales silvestres dependen de la polinización animal y entre 5% y 8% de la producción agrícola mundial depende de la zoopolinización.
Frente a la relevancia que tiene el tema, es de destacarse la reciente publicación, por parte delInstituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en conjunto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, del Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas, en el que se compila la información disponible en esta materia en nuestro país.
¿CUÁNTAS COLMENAS HAY EN MÉXICO?
De acuerdo con el citado Atlas, en México existen seis de las nueve familias de abejas que existen clasificadas en el mundo. Se estima que cada colonia de abejas puede tener hasta 60 mil integrantes.
Su relevancia en el mundo es tal que, de desaparecer como polinizadoras, 35% de la producción mundial de alimentos se vería comprometido. Asimismo, en México, la producción de abejas tiene cada vez más un objetivo orientado a la polinización que a la producción tradicional de miel o cera.
Así, en entidades como Sinaloa, Chihuahua y Coahuila, la producción de colmenas se dirige predominantemente a la polinización, desplazando al segundo lugar la producción de miel. A nivel nacional, en el 2008 se contabilizaron al menos 135 mil 586 colmenas para la polinización de productos como el pepino, melón, sandía, calabaza, cártamo, manzana, fresa, hortalizas, cítricos y aguacate.
Históricamente, el registro del Atlas que se comenta estima que en el año de 1961 había en México 1.98 millones de colmenas, llegando a una cifra récord en 1983, con 2.69 millones, año a partir del cual inició un declive en su producción y mantenimiento, con recuperaciones relevantes en los años 2015, con 2.017 millones de colmenas y en 2018, cuando se llegó a la cifra más alta en 23 años, al alcanzar la cifra de 2.17 millones de colmenas.
LOS ESTADOS CON MAYOR PRODUCCIÓN DE MIEL
De acuerdo con los datos oficiales, los estados que mayor número de toneladas de miel produjeron de 2015 a 2019 (últimos años para los que se tienen datos) son Yucatán, con un acumulado en el periodo, de 45 mil 127 toneladas; Campeche, con 32 mil 904; Jalisco, con 27 mil 266; Chiapas, 26 mil 791; Veracruz, 24 mil 57; Oaxaca, 21 mil 527; Quintana Roo, 16 mil 391; Puebla, 12 mil 160; Guerrero, 10 mil 366, y Michoacán, nueve mil 604 toneladas de miel en los cinco años considerados.
LOS ESTADOS CON MÁS APICULTORES
En México hay poco más de 43 mil apicultores, los cuales se agrupan en 508 asociaciones ganaderas especializadas en apicultura, así como en otras 110 organizaciones ganaderas de otros tipos. Los estados donde hay un mayor número son Yucatán con 80 asociaciones; Chiapas, con 65; Campeche con 56; Veracruz con 44 y el estado de Hidalgo con 43. Como se observa, no son los estados con mayor producción los que necesariamente tienen al mayor número de asociaciones de productores apícolas.
SALVAR A LAS ABEJAS ES SALVARNOS
De acuerdo con el Atlas Nacional de Abejas y productos Apícolas, México es el tercer exportador mundial de miel, solo superado por China y Argentina. Es interesante observar además que la mayor parte de la miel que se produce en el país es de exportación, pues, de las 57,999 toneladas que se producen en promedio al año, alrededor de 34 mil toneladas son destinadas a la exportación, con un valor superior a los 2,500 millones de pesos anuales. Además de su valor económico, la conservación de las abejas es crucial para mantener el equilibrio ecológico en México, y en el mundo.
URGEN MÁS APOYOS
Dada la magnitud y relevancia de la biodiversidad que existe en nuestro territorio nacional, es urgente que se destinen más recursos para la conservación de las abejas, que se potencien aquellos dirigidos al control de especies invasivas (como las abejas africanas) y que se promueva un mayor consumo de la miel como endulzante, a fin de robustecer y fortalecer el consumo interno de este producto. Sus derivados tienen además usos de enorme relevancia, por lo que darle prioridad en el ámbito agropecuario constituirá siempre un “juego de suma positiva”.
