Voraz, pesca ilegal termina con pulpo, mero y pepino marino en Yucatán
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Voraz, pesca ilegal termina con pulpo, mero y pepino marino en Yucatán

El pulpo es una de las cuatro principales pesquerías de la zona, junto al mero, la langosta y el pepino marino.


Voraz, pesca ilegal termina con pulpo, mero y pepino marino en Yucatán | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Internet.

“Pescamos de todo lo que haya. Pulpo, caracol, pescado. Hay muy poco y muy cara está la gasolina”. Pedro Alberto Barrera pasa de los 40 años, tiene la cara curtida por el sol y toda una la vida dedicado a la pesca. Llega al puerto de Celestún, en Yucatán, con escasas capturas. Y eso que estamos en temporada de pulpo.

El pulpo es una de las cuatro principales pesquerías de la zona, junto al mero, la langosta y el pepino marino. Salvo la langosta, todos escasean este año, según autoridades y pescadores consultados. Este año es el primero en el que el pulpo da muestras de agotamiento. El mero está “prácticamente desaparecido” y el pepino marino ha menguado dramáticamente en menos de una década, hasta el punto de decretarse la veda total.

Y eso que todos los años las capturas alcanzan niveles notables. Por ejemplo. Entre 2014 y 2018 se llegaron a capturar casi 100 mil toneladas de pulpo, por un valor de 3 mil 467 millones de pesos. En el mismo periodo se pescaron 5 mil 736 toneladas de pepino de mar, por un valor de 178 mil 86 millones de pesos. También 28 mil 464 toneladas de mero por 875 mil 86 millones de pesos y 1 mil 878 toneladas de langosta por 333,52 millones de pesos. Estas cifras son muy altas si se comparan con el número de incautaciones en la misma época: 660 toneladas de todas las pesquerías, según el almirante Héctor Alberto Mucharraz, jefe de las inspecciones de Conapesca.

Claro que esto es lo que Conapesca detecta y no lo que los furtivos se llevan.

Pescadores, científicos y autoridades culpan a la pesca furtiva, a los “depredadores” del terrible descenso de las capturas de esta temporada. En este concepto se incluye pescar fuera de temporada, sin permitir que la fauna marina se regenere, o utilizar técnicas prohibidas como bucear para cazar pulpos. También emplear productos vetados, como el cloro, para obligar a los animales a abandonar sus cuevas.

La Real Academia de la Lengua Española define “depredar” como “robar, saquear con violencia y destrozo”. Eso es lo que muchos pescadores hacen con la fauna marina en Yucatán.

Y eso que la pesca es fundamental para la economía del estado. Al menos 10 mil 000 pescadores salen a la mar en Yucatán. No hay un cálculo estimado sobre cuántos de ellos se dedican a prácticas ilícitas. Como dice el almirante Mucharraz, “son ilegales, no existe ningún registro”.

Él mismo reconoce que apenas tiene recursos. Que solo cuatro inspectores, con apoyo de Policía Federal y Policía Municipal, actúan en el territorio.

“Toda la vida hubo depredación”

Son las 15:30 horas en Celestún y decenas de embarcaciones regresan a tierra. Venden su carga a pequeños distribuidores en puerto. Ellos lo entregan posteriormente a las grandes empresas, las encargadas de enviar el pescado a mercados en todo el país o exportarlas.

Entre recién llegados se encuentra Pedro Alberto Barrera, algo rezagado, al filo de la tormenta. En su pequeña lancha puede verse el compresor, el mecanismo que le permite sobrevivir bajo el agua. En su caso es un compresor industrial, le costó nueve mil pesos. Con el resto de complementos, la inversión alcanzó los 15 mil, asegura. En otras lanchas pueden verse precarios artilugios construidos con un barril de cerveza. En efecto, el mismo barril del que se sirven las chelas en un bar convertido en garantía de supervivencia marina.

Pero la ley no entiende de precariedad. La ley es ley y punto. Y da igual que uno utilice un barril de cerveza para no ahogarse. La ley dice que no se puede bucear para pescar pulpo ya que se considera una técnica demasiado agresiva. La ley está pensada para que no ocurra como este año, en el que gente como Barrera salen a la mar y regresan con las manos semivacías porque otros antes que ellos saquearon los caladeros.

“Toda la vida ha habido depredación, por parte de todos. Es la falta de empleos. No da el gobierno, y nos obliga a hacer cosas así”, dice Barrera, que llega con sus arpones, sin esconderse, seguro de que si lo no hace él lo hará el vecino.

En realidad, Barrera, el pescador sincero, es el eslabón más débil de la cadena que está arrasando con la pesca en Yucatán.

Si le agarran con pulpo prohibido, puede ser castigado a una multa de entre 50 mil y 100 mil pesos.

“Tiramos todo al mar antes de que nos pille”, dice. Aunque no siempre ha tenido esa suerte y, según relata, ha sido interceptado en más de una ocasión. Peor sería perder la licencia. Aunque, incluso para esa contingencia, Barrera tiene soluciones: “me busco otra embarcación. Esto es como el narcotráfico, no se acaba nunca”, afirma, entre risas.

Barrera es un tipo humilde. El que se juega la vida bajo el agua (no hay cómputo oficial, pero son muchos los fallecidos por pasar demasiado tiempo en el fondo o subir demasiado rápido). El que puede perder todo. El que baja al fondo y arrasa con lo que encuentre.

En otro orden jerárquico aparecen las redes de pescadores, algunos armados, que trabajan de forma coordinada. Los empresarios y las bodegas, que compran el producto y no preguntan de dónde viene.

Algunas autoridades, a las que otros trabajadores acusan de mirar para otro lado.

Como explica Renata Terrazas, de la ONG Oceana, “no se puede entender la pesca furtiva únicamente con el pescador. Existe todo un sistema de opacidad e impunidad”.

En Yucatán se pesca furtivo todo el año. No hay que hacer una profunda investigación para comprobarlo. Ocurre ahí, en Celestún, en San Felipe, en Progreso, a la vista de todos. La pregunta es hasta cuándo aguantará. Porque, como advierte Josefina Santos, del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera de Inapesca en Yucalpetén, puede llegar un momento en el que las costas se agoten por completo.

 

Fragmento de la nota tomada de Animal Político. Consulta la información completa aquí.