Al llegar el nuevo año, muchos de nosotros nos fijamos metas y propósitos que prometen mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, cumplir estos objetivos puede ser mucho más difícil de lo que pensamos, y la razón principal de esta resistencia se encuentra en nuestro cerebro. Según Estanislao Bachrach, doctor en biología molecular y experto en neurociencias, el cerebro está “programado para no cambiar”, lo que lo convierte en el primer obstáculo cuando intentamos modificar hábitos o incorporar nuevas rutinas. A pesar de este desafío, existen estrategias efectivas para superar esa barrera y conseguir nuestros objetivos.
EL CEREBRO: UN ALIADO RESISTENTE AL CAMBIO
El cerebro humano es sumamente eficiente en crear rutinas que reducen el riesgo y la incertidumbre. Esta tendencia a preferir lo conocido es un mecanismo evolutivo que busca evitar lo inesperado. Según Bachrach, el cerebro “busca la rutina para no correr riesgos”, lo que lo hace reacio a cualquier tipo de cambio, incluso cuando estos cambios son para mejorar nuestra salud y bienestar.
LA IMPORTANCIA DE TENER PROPÓSITOS
A pesar de las resistencias cerebrales, tener propósitos en la vida es esencial para mantener una buena salud mental. Establecer metas claras ayuda a disminuir los niveles de ansiedad y depresión, ya que nos da un sentido de dirección y propósito. Las personas con objetivos en la vida tienen mayor capacidad para regular los procesos fisiológicos asociados al estrés. Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido, señaló que tener un propósito no solo mejora nuestra resiliencia, sino que también fortalece nuestro bienestar emocional.
EL CEREBRO Y LOS HÁBITOS AUTOMÁTICOS
Los hábitos que hemos cultivado a lo largo del tiempo se convierten en comportamientos automáticos. Esto se debe a que el cerebro, en su afán de ahorrar energía, hace que los circuitos neuronales relacionados con estos hábitos se activen sin necesidad de reflexión consciente. Por ejemplo, si fumas o juegas videojuegos de forma habitual, el cerebro no te pregunta si quieres hacerlo; simplemente lo hace. Este fenómeno hace que cambiar comportamientos, como dejar de fumar o hacer ejercicio, sea un verdadero desafío.
SIETE CONSEJOS PARA CAMBIAR TUS HÁBITOS Y CUMPLIR TUS PROPÓSITOS
Para superar la resistencia del cerebro y cumplir tus metas, es clave ser consciente de los momentos en los que adoptamos estos comportamientos automáticos y trabajar en ellos de manera progresiva. Aquí te dejamos siete estrategias basadas en neurociencia que te ayudarán a transformar tus hábitos:
- Haz un plan detallado
El primer paso para cambiar cualquier hábito es planificarlo. El psicólogo británico Richard Wiseman recomienda escribir a mano un plan detallado con acciones pequeñas y alcanzables. Utiliza un calendario para hacer seguimiento y medir tu progreso. Asegúrate de que tus metas sean específicas, mesurables y alcanzables a corto plazo. El cerebro responde mejor cuando tienes un plan concreto. - Instaura una rutina diaria
Para que un hábito se integre de manera efectiva en tu vida, es crucial que lo practiques todos los días, incluso si es de manera gradual. Si deseas correr, hazlo siete días a la semana, aunque sea a un ritmo lento al principio. Si tu meta es dejar de fumar, comprométete a no comprar cigarrillos todos los días. - Crea un plan de contingencia
Todos fallamos de vez en cuando, por lo que tener un plan B es esencial. Tim Bono, neurocientífico de la Universidad de Washington, sugiere anticipar obstáculos y preparar estrategias para cuando las cosas no salgan como planeas. Un plan de contingencia te ayudará a no rendirte ante el primer tropiezo. - Haz públicos tus propósitos
Hablar sobre tus metas con amigos y familiares no solo crea un sentido de responsabilidad, sino que también fortalece tu red de apoyo. Decirles a los demás lo que estás haciendo hace que sea más difícil dar excusas o abandonar tu propósito, ya que quieres cumplir con las expectativas de los demás. - Integra cambios de manera gradual
No intentes cambiar todo de golpe. En lugar de una transformación drástica, introduce pequeños cambios cada día, como si fuera un eslabón que se añade a tu rutina. Si quieres caminar más, empieza bajándote del transporte público una parada antes, o estaciona más lejos. Este enfoque gradual te ayudará a evitar la resistencia del cerebro al cambio. - Concéntrate en el beneficio
Si te concentras en los sacrificios que implica un cambio, tu cerebro lo interpretará como un riesgo. En lugar de quejarte, enfócate en los beneficios que cada pequeño paso trae consigo. Llevar un diario de los logros y avances te mantendrá motivado, ya que el cerebro responde positivamente a las recompensas. - Date una recompensa
El cerebro ama la dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la motivación. Cada vez que logres un pequeño objetivo, recompénsate. Esto refuerza tu motivación y mantiene a tu cerebro a favor del cambio. Tómate un día libre, compra algo que te guste o date un descanso para celebrar tu progreso.
Cambiar hábitos es un proceso desafiante, principalmente debido a la resistencia de nuestro cerebro al riesgo y a lo desconocido. Sin embargo, con una planificación adecuada, una rutina diaria, y la implementación de estrategias de contingencia y recompensa, es posible lograr cambios significativos. Si sigues estos siete consejos, estarás mejor preparado para enfrentar los obstáculos y alcanzar tus metas de Año Nuevo.