México ha sido cuna de grandes inventos que han dejado una huella imborrable en la historia mundial. Entre estos avances se encuentra el flotador del inodoro. Un ingenioso mecanismo creado por el mexicano José Antonio Alzate y Ramírez de Santillana. Cuyo invento sigue siendo vital en la vida cotidiana, al permitir el ahorro de millones de litros de agua.
TRAYECTORIA
Alzate, nacido el 21 de noviembre de 1737 en Ozumba, en lo que hoy es el Estado de México, fue una de las figuras más sobresalientes de su época. No solo por su invento, sino por su incansable labor en diversas disciplinas. Fue ingeniero, filósofo, astrónomo, sacerdote, historiador y editor. Y su legado ha trascendido por su profunda influencia en la ciencia y la cultura mexicana.
El flotador del inodoro, también conocido como “obturador automático flotante”, fue inventado por Alzate en 1790. Este mecanismo innovador, diseñado para regular el paso del agua en los inodoros, evitó el desperdicio del vital líquido. Algo que en aquel entonces no solo era una necesidad tecnológica, sino una solución al manejo eficiente de los recursos naturales. El mecanismo operaba de forma sencilla pero efectiva: utilizando la presión del agua y una esfera hueca, lograba detener el flujo del agua. Algo que sigue siendo fundamental para el funcionamiento de los inodoros modernos.
MOMENTOS DE CREACIÓN
De acuerdo con el libro Origen México de Paola González Vargas, Alzate ideó este mecanismo mientras residía en la región de la Cuenca, a la vez que desarrollaba una serie de investigaciones científicas sobre hidráulica. Daniel Reséndiz, en su obra El rompecabezas de la ingeniería, también destaca la importancia de este invento que ha sido crucial en el ahorro de agua a nivel global.
Pero la contribución de Alzate no se limitó solo a este invento. Además de ser pionero en la ingeniería hidráulica, Alzate desempeñó un papel fundamental en la difusión de la ciencia y la cultura en la Nueva España. Fue el primer editor de publicaciones científicas en el país, fundando en 1768 el Diario literario de México. Un periódico que aunque fue censurado, marcó un hito en la historia de la divulgación científica en América Latina. A través de este medio, Alzate difundió temas de medicina, zoología, agricultura y filosofía. Abriendo caminos para el pensamiento científico en una época en la que el acceso al conocimiento estaba restringido al clero y al Estado.
EJEMPLO DE VIDA
La vida de José Antonio Alzate es un ejemplo de cómo la pasión por el conocimiento y la innovación puede cambiar el curso de la historia. Su labor como editor, su incursión en diversas ramas de la ciencia y su capacidad para llevar a cabo investigaciones originales y útiles para la sociedad lo convierten en uno de los grandes precursores de la ciencia moderna en México.
A través de su trabajo, no solo dejó un legado de invenciones como el flotador del inodoro, sino también una profunda huella en la historia de la divulgación científica. Con ello, abriendo puertas para futuras generaciones de científicos, inventores y pensadores mexicanos. Alzate sigue siendo un referente indiscutible de la ciencia y la innovación en México, cuyo impacto continúa siendo relevante más de dos siglos después de sus aportaciones.