El telescopio espacial James Webb ha ofrecido nuevos datos que confirman una preocupante discrepancia en las mediciones sobre la expansión del Universo, un problema ya detectado por el telescopio espacial Hubble. La consistencia entre las observaciones de ambos telescopios refuerza la persistencia de la llamada “tensión de Hubble”.
A pesar de la certeza de que el cosmos se expande en todas direcciones, la velocidad exacta de esta expansión aún es motivo de debate entre los científicos. Las mediciones de los telescopios Webb y Hubble calculan que el universo se expande a una velocidad de 73 kilómetros por segundo por megaparsec. No obstante, otros métodos, que se basan en la observación de los remanentes del Universo primitivo, sugieren una velocidad de expansión de 67 kilómetros por segundo por megaparsec.
La divergencia en estas mediciones sugiere que podría existir una variable no identificada en la ecuación, lo que resalta que todavía hay aspectos del universo que no comprendemos completamente.
A pesar de su capacidad, el telescopio Hubble enfrenta desafíos en la observación del infrarrojo cercano, esencial para eliminar las interferencias del polvo espacial. Por otro lado, el telescopio James Webb, diseñado específicamente para operar en el infrarrojo, no se enfrenta a las mismas limitaciones.
Adam Riess, de la Universidad Johns Hopkins y del Instituto Científico del Telescopio Espacial, menciona que las mediciones del telescopio James Webb “proporcionan la evidencia más sólida hasta el momento de que los errores sistemáticos en la fotometría de las Cefeidas del Hubble no juegan un papel significativo en la tensión actual del Hubble”.
Aunque la causa exacta de esta discrepancia sigue siendo un misterio, algunos científicos sugieren que la energía oscura podría ser la clave para resolver este enigma, aunque esto, indudablemente, será motivo de futuros estudios y discusiones.
