Este es un trámite que posibilita el cambio de la inscripción relativa al sexo de una persona en el Registro Civil, cuando dicha inscripción no se corresponde con su verdadera identidad de género. Se contempla el cambio de nombre propio para que no resulte discordante con el sexo reclamado.
El nombre registrado en el acta de nacimiento puede tener una carga emocional positiva para muchas de las personas transgénero, por otro lado pensar en deadname o necrónimo, implica el enterrar por completo una etapa de nuestra vida que también fue bonita y representa parte del crecimiento y desarrollo como personas.
Sin embargo, existen algunas imitaciones en cuanto al nombre, ya que el que actualmente se ostente, si por su ambigüedad fuese válido para designar ambos sexos, puede mantenerse por el interesado, pero si claramente fuese determinante del género, ha de cambiarse para que concuerde con el nuevo sexo.
En todo caso, no son admisibles los nombres que perjudiquen objetivamente a la persona. Por tal razón se excluyen los que resulten, por sí o en combinación con los apellidos, contrarios al decoro, deshonrosos, humillantes, denigrantes, etc.
También están prohibidos los nombres que hagan confusa la identificación (por ejemplo un apellido convertido en nombre), induzcan en su conjunto a error sobre el sexo (por ejemplo, Juan a una mujer o Juana a un hombre), ya ostente un hermano vivo y finalmente no están permitidos mas de dos nombres simples o de uno compuesto.
Un acta de nacimiento representa un vínculo afectivo para las familias, pues se refiere a éste como dead name o necrónimo, lo que implica un duelo y genera resistencia en dejarlo de utilizar.
Entonces el nombre registrado sólo queda en desuso cuando nombramos a la persona con su nombre elegido, lo que permite tener una perspectiva positiva sobre la verdadera identidad de la persona sin desaparecer su historia.
