¿Por qué el cielo es azul?
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¿Por qué el cielo es azul?

El color del cielo se debe a un fenómeno físico de la luz


¿Por qué el cielo es azul? | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Archivo EL IMPARCIAL

Los colores del cielo varían constantemente y todo depende de la luz que atraviesa la atmósfera. Los fenómenos físicos de la naturaleza suceden todo el tiempo alrededor y muchas veces ni se notan.

 

Para entender por qué el cielo es azul y cambia constantemente el primer puntapié es que se debe a un fenómeno físico de la luz. Por empezar, el sol es quien emite la luz sobre la tierra y esta es blanca. Los cambios se deben a que esa luz está compuesta por los mismos colores que componen el arcoíris, un amplio espectro de la luz visible.

 

En el proceso de esparcimiento, cuando los rayos atraviesan a los cuerpos translúcidos, la luz blanca se separa en todos esos colores y luego se dispersa en pequeñas moléculas que están en el aire de la tierra.

 

Este proceso le permite al color azul del cielo dispersarse mucho más que a otros colores porque se encuentra compuesto por ondas mucho más pequeñas y cortas. Por esta razón es que, en su mayoría, se ve el cielo azul.

 

Existen diversas miradas y estudios que aseguran que el cielo es azul por la luz que emite el sol a la tierra. Entre ellas se conoce que:

 

El cielo es azul porque el sol pertenece a la secuencia principal de estrellas. Luego convierte el hidrógeno en helio y libera la energía sobrante en ondas electromagnéticas y con él todos los posibles tonos de color azul.

El cielo es azul porque otras antiguas estrellas produjeron nitrógeno, hierro, níquel y otros elementos más, suficientes para conseguir que se vea de ese color intenso.

El cielo es azul porque en los antepasados, las bacterias aportaron a la tierra significativas cantidades de nitrógeno y oxígeno.

 

Los científicos aseguran que la recepción de los ojos es la mayor influencia ya que, si lo mirara una abeja, el cielo se vería ultravioleta. Sin embargo, el cielo es azul porque si lo mira un ser humano la luz que dispersa la atmósfera, excita a los receptores de azul de los ojos en mayor proporción que aquellos receptores de verde o de rojo.