Desde que era niña, a Juana Pola (Tehuantepec, Oaxaca) le gustaba guardar imágenes de su cotidiano, las envolturas de ciertas cosas, los colores “vivos” de estas y sus formas. Al convertirse en madre de Cosijopí, su primer hijo y diagnosticado con espectro autista, la fotografía se convirtió en la herramienta para atesorar los recuerdos, registrar su crecimiento y mostrar cómo se vive esta condición.
Hace ocho años que la fotógrafa y madre desarrolla este proyecto, primero con el teléfono celular y luego con una cámara profesional. Y ahora muestra los resultados en la exposición “Xpiaani”, en la que Cosijopí no solo es parte de las fotografías sino con dibujos que cobijan la obra en la Sala Siete del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), ciudad de Oaxaca.
Desde el 13 de octubre y hasta el 30 de noviembre, Juana comparte ese universo íntimo de la relación madre-hijo, en la que también se ha desarrollado como fotógrafa. “Hay comentarios de que si no tienes una cámara no eres fotógrafo, que solo haces fotos con celular o guardas momentos con el celular”, dice Pola, quien se considera como profesional de la imagen desde 2020 y tiene en “Xpiaani” su primera exposición individual.
Cuando decido hacer fotografía es a partir de las clases de la escuela. Estudié en la Universidad para el Bienestar en Ciudad Ixtepec y tuve un maestro que fue el que me motivó en las clases de artes visuales a hacer fotografía. Veía mucho las fotografías de Juan Rulfo, de sus paisajes”.
La obra de Lola Álvarez Bravo también ha influido en Pola, quien también trabaja un proyecto sobre las violencias a las que se enfrentan las mujeres que deciden ser madres o están a punto de tener a sus hijos mediante cesárea. Formada igualmente en cursos en el CFMAB y en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), su exposición “Xpiaani” surgió en un taller con la fotógrafa Eva Lépiz en 2022.
En “Xpiaani”, palabra zapoteca que puede traducirse como “su conocimiento, su pensamiento, su sabiduría, su luz (de la persona)”, Juana reúne las fotografías tomadas a su hijo en los últimos años y en las que también figura ella.
La exposición fue curada por Karina Juárez, quien describe la obra de Pola como una en la que “nos acerca a un mundo complejo e íntimo que nos habla de ese ser, que divide su mundo entre colores, sonidos, juegos, repeticiones y construcciones que conforman su xpiaani”.
En un principio, Pola había pensado en mostrar los momentos en los que Cosijopí se siente mal o que no le gustan, “por ejemplo tapándose los oídos o no observar cosas, cosas muy literales de cómo es el espectro autista”. Con Karina pudo decidirse también por otros en los que más allá de la condición muestra a “la persona, lo que es él, lo que representa y hace”.
La serie es también una manera de generar conciencia sobre esta condición y así “la gente se abra para tener empatía hacia las personas” con alguna condición similar.
“Más allá de mostrar a mi hijo (Cosijopí) y decidir que va a ser así… es para que le sirva a otras personas para motivarse, para generar empatía, apoyo”, cuenta la madre sobre trastornos sobre los cuales observa que aún falta más apoyo, especialmente para las infancias.
