El Ave María es una tradicional oración católica dedicada a María, la madre de Jesús de Nazaret. La primera parte de la oración tiene fundamento bíblico en el evangelio según San Lucas y es la oración principal del Ángelus y del Rosario.
Está compuesta por dos partes, en la primera se citan dos pasajes bíblicos del evangelio según San Lucas: la anunciación del nacimiento de Jesús por el arcángel Gabriel a María: «Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo» o literalmente: «¡Alégrate! llena de gracia, el Señor está contigo».
El otro pasaje bíblico es la visitación, el saludo que el Espíritu Santo inspira a Isabel, cuando María va a visitarla «bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» o literalmente: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!»
La segunda parte también tiene fundamento bíblico en cuanto a su sentido, su elaboración literal es posterior, varios siglos después, y de origen eclesiástico, pero está en sintonía con la Biblia; es una petición tradicional de la piedad católica en la que el orante requiere la intercesión de María como madre de Dios* «Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén». No está claro cuándo y quién la redactó. La primera vez que aparece impresa fue en 1495 en la obra Esposizione sopra l’Ave Maria de Girolamo Savonarola, donde la oración está impresa en la primera página en latín.
El Ave María ha sido musicado innumerables veces. Hay varias versiones en gregoriano y canto llano generalmente anónimas. En el Renacimiento y el primer barroco fue musicalizado por compositores como Juan de Anchieta, Hugh Aston, Thomas Ashwell, Johannes Brassart, Josquin des Prez, Orlando di Lasso, William Byrd, Antonio Carreira, Eustache du Caurroy, Pierre Certon, Giovanni Pierluigi da Palestrina y Tomás Luis de Victoria.
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Antes del Concilio de Trento existían diferentes versiones de la oración por lo que los primeros compositores en dicho periodo algunas veces musicalizaron usando letras diferentes a la del siglo XXI. Josquin des Prez, por ejemplo, hizo más de una versión del Ave María, la más importante musicalmente es el motete Ave María Virgo serena.
Respecto al nombre de Ave María, se debe a que en latín, “ave” era una expresión de la cual se valían los romanos para saludarse, pues como verbo significa estar bien o en el sentido que se le da en este caso que estés bien. Por tanto, pronto se le introdujo esta palabra a la oración.
Es importante anotar sobre la oración, que se suele acudir a ella por la intermediación existente entre María y el Señor, haciendo así que el Ave María sea un referente para comunicarse con Dios.
La oración como la conocemos y recitamos hoy en día, apareció en Brescia en 1498, en la colección Triumphi, sonetti, canzon e laude de la Gloriosa Madre de Dio Vergine Maria, una obra dedicada a la Virgen compuesta por Gasparino Borro, un sacerdote perteneciente a la Orden de sirvientes de María. En 1568, el Papa Pío V, en la Liturgia de las Horas, impuso a todos los sacerdotes a recitar el Padre Nuestro seguido de un Ave María al comienzo de cada hora del oficio divino.
Espero disfrutes este Ave María de Tomas Luis de Victoria, uno de los primeros compositores que musicalizó esta oración. En lo particular, cuento con una colección de más de 33 Ave María. En la siguiente entrega, hare comentarios sobre las dos Ave María más conocidas, de Schubert y Bach/Gounod.
Mario L. Palacios C. / Recopilador
Corresponsalía Ing. Alberto Bustamante Vasconcelos