La obra de teatro Se visten niños Dios concluye su temporada de funciones este fin de semana. Con dos funciones, una en La Locomotora (Santa Lucía del Camino) y otra en el Patio Escénico (Villa de Etla), la propuesta de la compañía Pelo de Gato, un ojo al teatro y otro al garabato, comparte una trama basada en una temática religiosa. Y a partir de ella aborda temas como las clases sociales o las apariencias, pero desde un tono de humor apto para las familias.
Se visten niños Dios es una obra de la fallecida dramaturga mexicana Norma Román Calvo, quien abordaba en su trabajo la idiosincrasia del país, así como sus costumbres y tradiciones. Desde la comedia, esta pieza que retoma la compañía Pelo de gato se adentra en las reflexiones sobre las clases sociales.
La obra sucede en un taller de costura, en donde están las costureras Armandina (representada por Esmeralda Aragón) y Eulalia (Arleth Santiago). Ahí llegan una anciana de nombre Pachita (representada por Gustavo Martínez, ‘Tavo Lastra’) e Hilaria (Isabel Cruz Daza, ‘Ticha’). Esta última acude para vestir a su niño Dios, pero sin respetar las tradiciones y eso desencadena una serie de discusiones con las costureras, a lo que sigue un accidente por el que la figura religiosa se rompe.
Ahora la preocupación es cómo reparar al niño, misma que deja entrever los conflictos a los que alude la pieza: las clases sociales, las apariencias y demás.
Este fin de semana son las últimas presentaciones de una temporada de siete funciones, las que se han desarrollado entre diciembre pasado y enero, en sitios como Patio Escénico y el Taller de Gráfica Bambú.
El sábado, como cierre de la misma y a propósito de la última de las celebraciones religiosas en torno al Niño Dios, la obra concluye con una convivencia con el público.
A esta obra, la compañía impulsada por Esmeralda Aragón y Tavo Lastra sumará otras propuestas como la que trae la Compañía Independiente de Teatro Abierto: El juego de los Alelibres, que se presenta el domingo en el Patio Escénico, en la Villa de Etla.
