Aunque a simple vista la disposición de esculturas, ilustraciones y máscaras pudiera remitir al caos, al desorden (como lo dice su mismo nombre), la exposición Yurugu es un diálogo entre lo contemporáneo de la obra de Dr. Lakra y lo ancestral que resurge en la colección del antropólogo René Bustamante.
La muestra, abierta al público hasta el 19 de mayo próximo, retoma su nombre de una palabra que los dogon (etnia de Mali, África) usan para referirse a un ente que no es humano, ni animal ni dios. No obstante, alude al desorden y caos promovido por este ser, como referencia también al conflicto de la humanidad con la naturaleza.
Yurugu, Dr. Lakra en diálogo con René Bustamante se encuentra expuesta en Murguía 103, Centro de Oaxaca de Juárez. Es una muestra impulsada por la galería Manuel García Arte Contemporáneo, en la que se aprecia la producción más reciente de Jerónimo López (Dr. Lakra), artista responsable del mural inaugurado el año pasado en San Pedro, Nuevo León.
Para esta muestra, el también tatuador y grabador creó una serie de esculturas e intervino ilustraciones que se mezclan con la colección de máscaras y esculturas de uso ritual reunidas por el antropólogo René Bustamante.
En los corredores y demás áreas de una construcción en ruinas, la exposición permite conocer las visiones de varias culturas del mundo en torno a temas como la fertilidad, la muerte, el conocimiento, la sensualidad y lo invisible. Además de la relación de la humanidad con la naturaleza y los dioses, para los cuales ha creado figuras rituales y de uso cotidiano.
Esa sacralidad vista en objetos de culturas antiguas es lo que se cuestiona en esta exposición, a través de la obra de Dr. Lakra, quien mantiene su línea de trabajo en las esculturas e ilustraciones con que participa, pues en ellas se percibe la fusión de elementos de distintas partes del mundo, de ideas y de cosmovisiones.
“La diversidad cultural y geográfica contenida en esta exposición, y sus muchas posibilidades estéticas, lo mismo en lo contemporáneo que en lo tradicional, transmiten la ilimitada capacidad humana para crear y contener objetos rituales, decorativos y utilitarios, cada uno cargado de un rico vocabulario simbólico y estético”, expresa René Bustamante.
La exposición es también una oportunidad para repensar las culturas antiguas, pues a diferencia de las actuales (decantadas por los avances tecnológicos) mantenían estrecha relación con las deidades. Como menciona Bustamante:
“Ya no tomamos en cuenta muchos aspectos relacionados con las religiones y los rituales que nos hicieron posibles como humanidad. Hemos quedado desprovistos de esos impulsos profundos de las sociedades nativas, que continúan conversando y relacionándose cotidianamente con los dioses y el medio ambiente”.