A un lustro de investigaciones y acciones de recuperación, estabilización y restauración arquitectónica del proyecto integral de conservación en las zonas arqueológicas de Monte Albán-Atzompa, en Oaxaca, implementado a raíz de las afectaciones en sus estructuras por los sismos de septiembre de 2017, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el World Monuments Fund (WMF) y 1450 Ediciones Todos los Libros de Oaxaca publican los resultados de esta iniciativa.
La investigadora del Centro INAH Oaxaca, Nelly Robles García, quien junto con sus colegas José Huchim Herrera y Osvaldo Sterpone Canuto, coordinó la iniciativa para llevar a cabo los estudios y la restauración arquitectónica de los edificios afectados hace cinco años, basándose en técnicas geofísicas que permitieron conocer las dinámicas internas y del subsuelo de estas construcciones.
Conservación de los edificios dañados por los sismos en la Zona Arqueológica de Monte Albán-Atzompa, expediente que obtuvo el Premio INAH Francisco de la Maza 2021, en la categoría de Restauración y Conservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico, constituye una metodología de preservación, integradora de enfoques de geoarqueología, para la mejora de la resistencia estructural ante futuros movimientos sísmicos.
Al menos 15 estructuras resultaron afectadas en las zonas arqueológicas de Monte Albán y Atzompa, tras los sismos de septiembre de 2017, incluido el derrumbe de estructuras de muros y la afectación de plazas, hundimientos de edificios, grietas estructurales y desprendimiento de estucos, entre otros daños.
Robles García detalla que “la problemática de Monte Albán, ante un sismo, comienza con la propia configuración geológica del cerro, constituido por rocas sedimentarias que se deslizan entre sí, sobre todo cuando hay presencia de agua. Eso es lo que causa tanto daño a la parte construida.
El registro de estas modificaciones permitió “devolver a las edificaciones afectadas su estabilidad”, al incorporar sistemas constructivos, técnicas y materiales originales.
En ese sentido, concluye, el libro, coescrito con los investigadores Luis García Lalo, César Dante García, Eduardo García Wigueras, Yazmín J. Martínez, Miguel A. Galván Benítez, Julio Manlio Zúñiga y Damián Martínez Torres, es un compendio de lecciones aprendidas durante los dos años del proyecto, y un recurso valioso para otros sitios arqueológicos en áreas propensas a sismos en México y más allá.