Después de casi un lustro de exhaustiva investigación y documentación, la gestora cultural Hilda Trujillo denunció públicamente la desaparición de al menos 10 obras de Frida Kahlo y Diego Rivera, catalogadas dentro de las colecciones de los prestigiosos museos Casa Azul y Anahuacalli. Esta acusación, que ha sacudido el mundo del arte en México y más allá, pone en evidencia serias irregularidades y actos de sustracción de obras que son parte del patrimonio cultural de la nación.
La investigación de Trujillo se basa en un meticuloso cotejo de documentos, incluyendo el inventario de obras realizado por el propio Diego Rivera, y ha destapado un cúmulo de irregularidades relacionadas con el manejo de los derechos de autor de las obras de Kahlo y Rivera, gestionados por el Fideicomiso del Banco de México. La denuncia, que ha sido compartida en su blog oficial hildatrujillo.blog, se divide en dos partes fundamentales: “Pérdidas y apócrifos en el acervo de los Museos Diego Rivera Anahuacalli y Frida Kahlo Casa Azul” y “Opacidad, despilfarro, robo autoral y abuso de poder”.
OBRAS PERDIDAS Y FALSIFICACIONES
Entre las piezas de Frida Kahlo desaparecidas, se encuentran obras clave como “Retrato de Irene Bohus”, “Fantasía de una estufa”, “Dibujo drolático (objeto de partes)”, “Mi chata ya no me quiere” y “Dibujo estudio para Mis abuelos, mis padres y yo”. Además, se reporta la desaparición de seis hojas originales del Diario de Frida Kahlo, que se encontraba en la Casa Azul. Trujillo ha documentado que varias de estas piezas han sido localizadas en colecciones privadas y en subastas públicas tanto en México como en Estados Unidos, lo que agrava aún más el caso de desaparición y tráfico ilícito de patrimonio cultural.
LA RESPONSABILIDAD DEL FIDEICOMISO Y LA FAMILIA PHILLIPS OLMEDO
En su investigación, Trujillo también señala las malas prácticas del Fideicomiso del Banco de México, responsable de la administración de las obras y derechos de autor de los artistas. Asegura que en este caso se conjugan la frivolidad en el manejo del patrimonio, la ambición y la corrupción. Trujillo atribuye una parte de la responsabilidad a la familia Phillips Olmedo, y específicamente a Carlos Phillips, quien, según la denuncia, intentó hacer pasar una obra falsa, conocida como “El feto de Diego Rivera”, como una pieza auténtica. Trujillo considera esto como un claro ejemplo de falsificación y violación de los derechos de autor de los artistas.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN Y LA DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL
La gestora cultural, quien estuvo al frente de los museos Casa Azul y Anahuacalli durante 18 años, afirma que su denuncia tiene como objetivo llamar la atención sobre los graves daños que están ocurriendo al patrimonio artístico mexicano. En su declaración, Trujillo hace un fuerte llamado a la sociedad a denunciar cualquier irregularidad relacionada con el manejo de obras de arte y patrimonio cultural, instando a las personas a proteger y defender lo que les pertenece como nación.
“Es una tristeza tremenda”, expresó Hilda Trujillo al dar a conocer estos hallazgos. Reconoció que, aunque había estado al tanto de estas irregularidades, no podía hacer pública la denuncia antes de contar con todas las pruebas necesarias para sustentarla.
FRIDA KAHLO Y SU LEGADO EN OAXACA
A propósito de Frida Kahlo, la artista siempre expresó un profundo amor por Oaxaca, y especialmente por la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec. En numerosas ocasiones, Kahlo lució huipiles tradicionales de la región, integrando estos elementos en su estilo personal y en sus autorretratos, los cuales siguen siendo símbolos perdurables de su identidad y su fascinación por la riqueza cultural oaxaqueña.
¿QUÉ SIGUE?
La denuncia pública de Hilda Trujillo abre un importante debate sobre la protección del patrimonio cultural y el manejo ético de las colecciones de los grandes museos del país. Este escándalo pone en evidencia la necesidad urgente de transparentar la gestión de las obras de arte que pertenecen al pueblo de México y de frenar el robo y la falsificación de piezas que forman parte de la historia de la humanidad.
Esta denuncia sigue generando un eco fuerte en las redes sociales y en los medios de comunicación, y podría tener implicaciones de largo alcance para los responsables de la desaparición de estas obras y para el futuro manejo del patrimonio artístico mexicano.