Desarrollo de agricultura de bajo costo para pequeños productores
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Desarrollo de agricultura de bajo costo para pequeños productores

La agricultura protegida desempeña un papel crucial para incrementar la producción incluso con climas desfavorables


Gabriela Bautista trabaja en buscar alternativas de agricultura protegida accesible.
Gabriela Bautista trabaja en buscar alternativas de agricultura protegida accesible.

Gran parte del campo oaxaqueño se dedica a la agricultura en la modalidad de autoconsumo y, bajo esta modalidad de producción, es casi imposible que un campesino o pequeño productor local tenga acceso a recursos económicos para instalar avanzados invernaderos como en el bajío o el norte del país. Por esta razón, la investigación que realiza la maestrante Gabriela Bautista en el CIIDIR-IPN enfocada en encontrar formas alternativas de agricultura protegida accesible tiene no sólo impacto económico sino también social por la posibilidad de mejorar la calidad de vida en pequeñas comunidades sin recursos económicos.

Para los oaxaqueños sus raíces son muy importantes, las de Gabriela están en Santa María Apazco, Nochixtlán, una pequeña comunidad cercana a Santiago Apola en la Mixteca oaxaqueña. Ella, como muchos otros maestrantes y doctorandos demuestran que en Oaxaca hay mucho talento en pueblos y comunidades lejanas y pequeñas, y quienes sólo desean tener acceso a oportunidades para demostrar su talento.

Su pasión es el trabajo de campo más que de laboratorio y, el cultivo de vegetales en invernadero fue desde un primer momento el tema que le apasionó cuando cursaba su ingeniería en Agronomía. Por ello mismo, al momento de elegir un proyecto para su maestría relacionada con los cultivos climatizados se acercó al CIIDIR en la búsqueda de materializar su proyecto a través del cultivo de pepinos bajo diferentes estructuras de protección, como lo son un invernadero, un macro túnel y una casa sombra. Estos dos últimos surgen porque ella desea encontrar algo que sea accesible a los pequeños productores, sobre todo del sur del país.

Realizar la investigación con el pepino tiene una razón de ser y ésta es debido al ciclo corto de esta fruta o verdura, aunque lo que Gabriela pretende es que pueda aplicarse a otros cultivos. Para ello se requiere mucho trabajo previo que a veces no se aprecia, pero del que dependerá el resultado de la investigación, cuya finalidad es encontrar estructuras de control de clima de bajo presupuesto.

 

En invernadero se pueden cultivar muchas hortalizas y frutas.

 

Una consecuencia inesperada del éxito de sus cultivos experimentales fue que, dado que es un proyecto de investigación no está considerada la comercialización de los frutos, por lo que toda la cosecha obtenida fue repartida entre fundaciones que atienden a niños en situación de calle y comedores. “Si se quisiera comercializar —nos dice Gabriela— existe una oportunidad en el mercado de exportación de frutas y verduras orgánicas debido a que lo pagan a buen precio. El estado de Michoacán lidera la exportación de este producto”. Como parte de su formación tiene proyectado un viaje a Almería, España, la zona en donde se encuentra la unidad de invernaderos más grande del mundo en medio de una zona árida y cercana al mar.

No siempre, pero ser mujer y liderar proyectos con gente del campo es a veces difícil debido a la arraigada cultura machista. Esto la ha llevado a idear formas de poder hacer equipo con ellos y hacerles ver que es en su beneficio porque nuestra tierra es campo fértil para el desarrollo de todo tipo de cultivos en invernaderos, más ahora que vivimos un cambio climático con temperaturas nunca antes vistas y, sobre todo, debido a la escasez de agua. Por ello mismo es tan importante desarrollar la agricultura protegida para obtener altos rendimientos en pequeñas superficies con ahorro de energía y agua.

Su trabajo abarca la utilización de materiales alternativos y disponibles en la región para la construcción de las estructuras de las casas sombra. Lo importante es que los campesinos puedan empezar con los recursos a su alcance para que pudieran generar mejores ingresos y, si se puede, organizarse para solicitar apoyos privados o de gobierno para construir invernaderos avanzados.

 

Realizar la investigación con el pepino tiene una razón de ser y ésta es debido al ciclo corto de esta fruta o verdura.

 

Unido a la mejora de sus métodos de cultivos, los campesinos oaxaqueños deberán abrir sus mentes a la posibilidad de producir más que sólo para el autoconsumo, una modalidad muy arraigada en nuestras latitudes, aunque explicada en parte por las carencias propias de Oaxaca. Por otro lado, muchos campesinos han migrado al cultivo del agave por la gran demanda que tiene el mezcal; sin embargo, si hubiera una crisis en la industria del mezcal todos ellos vivirían años muy complicados y es momento de que se capaciten para tener un plan alternativo.

En invernadero se pueden cultivar muchas hortalizas y frutas y, ante la emergencia climática, es necesario ser más eficientes en la producción de alimentos. “Podemos prescindir del celular, pero no de la comida” nos dice Gabriela para enfatizar la importancia de la investigación para mejorar métodos de producción y cambiar mentalidades.

La agricultura protegida desempeña un papel crucial para incrementar la producción porque se puede ser productivo incluso con climas y condiciones desfavorables, pero con productos de alta calidad. Es también un generador de empleo a través del uso de mano de obra intensiva y, en estos momentos, ayuda a conservar un recurso al que ahora le damos el valor que tiene: el agua.

La maestrante Gabriela Bautista Bautista, alumna del CIIDIR-IPN Oaxaca sueña con que en algún momento podamos tener invernaderos de alta tecnología y que los campesinos quieran volver a cultivar el campo equipados con nuevos conocimientos y equipos, además de ser más productivos. No deja de mencionar también que los invernaderos tienen un lado malo: el excesivo uso de los materiales plásticos, pero se trabaja para buscar materiales amigables con el ambiente.

Gabriela cierra la entrevista con un punto muy importante: “Un invernadero es casi como una ciudad, es un ecosistema complejo y con muchos actores que desempeñan cada uno un papel especializado. Se manejan altos estándares de inocuidad y hasta modelos estadísticos para calcular la producción a futuro”.

Contacto: [email protected]

 

Néstor Yuri  //  Dr. Javier Toledo Flores


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