INAH, sin recursos para atender vandalismo en bienes federales
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INAH, sin recursos para atender vandalismo en bienes federales

Los ex conventos de Cuilápam de Guerrero y de Santo Domingo de Guzmán, entre los más afectados en el estado de Oaxaca


Fotos: Archivo El Imparcial // Solamente se puede recurrir a un seguro de siniestros para restauraciones o reparaciones de bienes históricos.
Fotos: Archivo El Imparcial // Solamente se puede recurrir a un seguro de siniestros para restauraciones o reparaciones de bienes históricos.

Ante los daños por vandalismo, ya sea por grafitis, pintas o por otra acción, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAHI) carece de una partida económica especial para reparar y/o restaurar los bienes históricos de tipo federal que le corresponde normar.

Joel Omar Vázquez Herrera, delegado estatal del INAH en Oaxaca, refiere que solamente se puede recurrir a un seguro de siniestros para restauraciones o reparaciones de bienes históricos. Es decir, para monumentos como el templo y ex convento de Santo Domingo de Guzmán, el Palacio de Gobierno y la Catedral Metropolitana, en la ciudad de Oaxaca, o el ex convento de Cuilápam de Guerrero, ubicado en Cuilápam. Así como otros de su competencia normativa.

De acuerdo con el instituto, en el estado de Oaxaca es el ex convento de Cuilápam es que más daños ha sufrido a causa del vandalismo, especialmente en forma de grafitis.

Raúl Pacheco Pérez, arquitecto perito de la sección de Sitios y Monumentos del Centro INAH Oaxaca, detalla que las restauraciones o reparaciones de estos bienes no son directas, ya que no están a cargo del INAH sino de otras instituciones como la iglesia católica, el gobierno estatal u otros.

Es decir, que el instituto únicamente es normativo y para eso se basa en la ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos. “Aquí se confunden algunas personas que piensan que el instituto tiene que intervenirlos. Sí lo hacemos en materia de supervisión y en ocasiones cuando el tema es muy delicado y se requiere de especialistas, pero técnicamente hablando quien está a cargo de ellos son sus propietarios o posesionarios”.

 

Varias de las intervenciones se hacen con apoyo de comunidades, comités de templos, pero con autorizaciones que se piden al INAH.

 

Ejemplo de esto es el templo y ex convento de Santo Domingo de Guzmán, un complejo que aunque es propiedad de la nación tiene a varios posesionarios por albergar a: la biblioteca Burgoa, de la Universidad Autónoma Benito Juárez; el Museo de las Culturas de Oaxaca y el Centro Cultural Santo Domingo (adscritos al INAH); el jardín Etnobotánico y la Hemeroteca Pública u otras oficinas (todos estos del gobierno estatal). En tanto, el templo está a cargo o bajo la posesión de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca.

Todos ellos como posesionarios del bien, aunque no son posesionarios, deben destinar un recurso para su mantenimiento”.

Aun así, explica que para su atención, bienes como estos pueden recibir recursos de la federación, “no estrictamente del INAH”.  Al haber más de 110 mil monumentos históricos en el país, Pacheco subraya que el gobierno federal no tiene el recurso para intervenirlos al 100 por ciento. De ahí que varias de las intervenciones se hacen con apoyo de comunidades, comités de templos (como en las comunidades o barrios de la ciudad de Oaxaca), pero con autorizaciones que se piden al INAH.

Aun cuando subraya que no es su competencia directa, el INAH dijo que ante las últimas protestas sociales en la ciudad de Oaxaca se alistan las restauraciones en sitios como la Catedral Metropolitana.

En lo general, dijo que los daños en este y los demás monumentos históricos los más complicados y costosos de atender son los grafitis, “ya que el desgaste que se le hace a la piedra para poder eliminar la pintura es tardado y los costos son elevados. Por otra parte, al día de hoy el INAH cuenta con los expertos para atender y tratar este tipo de daños”.


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