Reconstruir la memoria a partir de los escombros
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Reconstruir la memoria a partir de los escombros

El arquitecto chileno Patricio Mora ve en lo destruido nuevas posibilidades para configurar la identidad y memoria de un pueblo


Reconstruir la memoria a partir de los escombros | El Imparcial de Oaxaca
El mercado de Juchitán fue dañado por os movimiento telúricos.

Durante los últimos días de septiembre, la poetisa Natalia Toledo recorrió las calles de su natal Juchitán, cuando recién había llegado con otros artistas para apoyar a su gente con víveres, lonas y lo que fuera necesario.Tan pronto comenzó su andar, la tristeza le invadió, pues muchas casas ya no estaban y ahora sólo había lotes vacíos. Antes, el 7 de septiembre, un sismo de magnitud 8.2 destruyó la mayor parte de su pueblo, incluida su escuela primaria, donde ella y muchos juchitecos estudiaron, por iniciativa del general Heliodoro Charis. Esa mole, como la describe la autora de El dorso del cangrejo, era impensable que se cayera, “ni de chiste, antes se cae uno”.

Sin embargo, la escuela que el 11 de septiembre cumplía 79 años de su fundación, fue demolida el día 12; minutos antes, se le despidió con el Himno Nacional Mexicano. Como la institución, muchas edificaciones más, religiosas y particulares, no soportaron la fuerza del terremoto y terminaron en escombros o en ruinas.

Natalia, que en esas calles forjó varios de sus recuerdos, dice que “el cuerpo tiene memoria”, que cuando camina se guarda lo que ve.

La poetisa Natalia Toledo recorrió las calles de su natal Juchitán, destruida por los recientes sismos.

Es una configuración de vida, eso se perdió y tenemos que volver a empezar, a trazar y a caminar, y a crear otra memoria, pero la vieja, la que nos heredaron, ya se vino abajo”.

Hace días, la poetisa compartía unas fotos de la capilla de la Santa Cruz de los Pescadores, de la que recogió un fragmento que le acompañará a todas partes, aunque el 7 de septiembre cambiara su rostro.

El fundador de Proyecta Memoria visitó Oaxaca en los últimos días para compartir la experiencia de reconstrucción del patrimonio arquitectónico en Chile, tras el sismo de 2010.

El escombro, la identidad y la memoria

Quizá el mercado y varias casas, en los que los juchitecos han conformado sus vidas y memorias, tengan como fin la demolición, pero quedará el escombro que podrá reutilizarse y dar vida a nuevas construcciones, como lo piensa el arquitecto chileno Patricio Mora.

El fundador de Proyecta Memoriaha visitó Oaxaca en los últimos días para compartir la experiencia de reconstrucción del patrimonio arquitectónico en Chile, tras el sismo de 2010. La semana pasada, habló del resguardo, conservación y reciclaje del patrimonio arquitectónico destruido por catástrofes, en dos pláticas efectuadas en la ciudad de Oaxaca y Ciudad Ixtepec.

Lejos de la relación del escombro con lo negativo, con lo inservible y destruido, Patricio rescata el poder de éste como algo simbólico y que deja de ser basura para representar identidad. “Eso es lo que tenemos que hacer ahora”, expresa el chileno respecto a construcciones como el mercado o el palacio de Juchitán, de darse cuenta que esos escombros no son basura, sino identidad.

El patrimonio no se pierde, se transforma”

Por ello, la fundación de la que forma parte propone opciones de qué hacer con ese material, que puede reutilizarse o reciclarse y volver en forma de parques, plazas, texturas de pisos a partir de tejas u otros materiales, canchas o incluso memoriales.

Pero “no lo hagamos con cualquier material, hagámoslo con los escombros que están en nuestras casas, en nuestras ciudades”, propone Mora para no gastar millones de pesos en memoriales como el de Chile que generó descontento social. Aunque involucrar a la sociedad en las decisiones y clasificar los escombros son otros de los puntos a considerar en ese proceso, refiere Patricio, quien cree que “el patrimonio no se pierde, se transforma”.

El arquitecto chileno, Patricio Mora, piensa que el escombro podrá reutilizarse y dar vida a nuevas construcciones.

No lo hagamos con cualquier material, hagámoslo con los escombros que están en nuestras casas, en nuestras ciudades”

Lo patrimonial para el INAH y para la comunidad

El 27 de septiembre, la Secretaría de Cultura creía necesarios más de 8 mil millones de pesos para la atención a los mil 225 inmuebles históricos y de valor cultural identificados hasta esa fecha. Más tarde la dependencia a cargo de María Cristina García Cepeda hablaba de más de mil 500 recintos afectados en 11 estados del país, luego de los sismos del 7 y 19 de septiembre.

En Oaxaca, son 325 los inmuebles afectados, entre ellos el palacio municipal, la Casa de Cultura y el templo de San Vicente Ferrer (en Juchitán), además del ex convento de Santo Domingo (en Tehuantepec).
Sin embargo, hay muchas casas e inmuebles que aunque no están catalogados como patrimonio cultural tangible reconocido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, sino que son patrimoniales en tanto que representan la memoria e identidad de pueblos como Juchitán, como las casas de adobe o aquello que la gente siente como propio.

Incluso, como menciona el arquitecto Juan José Santibáñez, hay construcciones que representan los “vientres” de una cultura, por lo que algunas casas y su arquitectura nutren de forma imperceptible a varias generaciones, como lo hicieron con el artista Francisco Toledo.

“Por eso es tan importante que los rescatemos, que los respaldemos, que los rehagamos”, considera el fundador de Arquitectos Artesanos, quien como el chileno Patricio Mora ve viable la reconstrucción a partir de la arquitectura local, la llamada vernácula y heredada por los ancestros. Ambos creen que mucho de lo que se considera escombro sirve, como los ladrillos, los adobes y el mismo lodo.

Sólo es cuestión de separar y definir qué se puede hacer con lo destruido, como explica Mora, pues en el caso del mercado o el palacio de Juchitán lo más viable es que se reutilice con fines culturales.

EL DATO

En Oaxaca, según la Secretaría de Cultura federal, hay 325 construcciones culturales afectadas por los sismos del 7 y 19 de septiembre, entre zonas arqueológicas e inmuebles catalogados.

EL APUNTE

En municipios como Juchitán, algunos de los inmuebles con serios daños o destruidos por el primer sismo son el mercado y el palacio municipal, la iglesia de San Vicente Ferrer y la escuela primaria fundada por el general Heliodoro Charis hace 79 años.


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