Voces, ecos y secretos: Un cuarto propio
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Arte y Cultura

Voces, ecos y secretos: Un cuarto propio

Hay libros tan célebres, tan obvios, tan citados que uno tontamente los da por leídos…


Voces, ecos y secretos: Un cuarto propio | El Imparcial de Oaxaca
Un cuarto propio, de Virginia Woolf

Como diría Antonio Muñoz Molina: “Hay libros tan célebres, tan obvios, tan citados que uno tontamente los da por leídos, aunque los leyera hace muchísimo tiempo y ya no recuerde nada, aunque no esté seguro si llegó a leerlos o imaginó que los leía”. Un cuarto propio, de Virginia Woolf es uno de esos libros, y forma parte de la cultura universal. Todos sabemos su premisa y atinamos a afirmar su contenido, hablamos de él sin siquiera haberlo leído, porque está en ese subconsciente cultural que a menudo irrisoriamente nos jactamos de poseer.

Yo era uno de esos incautos que conocía el libro, sabía de la importancia de la autora e, incluso, se había ufanado distraídamente en hablar de él sin haberlo leído. Lo había tenido en mis manos en muchas ocasiones, sí, en varias ediciones, con diferentes nombres, traductores y portadas —pues recordemos fue escrito originalmente en 1929, en inglés británico— hasta que finalmente lo leí en una traducción de Jorge Luis Borges reeditada este 2022 en México por el sello Lumen.

Las fronteras para este texto no han existido, ha transgredido las invisibles capas de polvo que trae consigo las diferencias de lenguaje, el pasar del tiempo y la vigencia de sus párrafos; es como dice Kirmen Uribe: “Un texto que nunca envejece”. ¿Pero qué ha talado la reputación de este libro? ¿En qué radica la frescura de sus páginas?

Para comenzar, Virginia Woolf, en su momento, fue invitada a dar una conferencia sobre las mujeres y la novela, pudiendo haber escrito de las hermanas Brontë, Jane Austen, Miss Mitford, George Eliot o Mrs. Gaskell, escritoras connotadas del momento, con lo cual hubiera salido fácilmente del compromiso. Sopesó que su misión podía ser mucho más trascendente que una pasajera charla, así que sin dar argumentos sólidos ni hacer una especie de manual para la libertad, prepara este texto en el que describe con detalle y simplicidad un problema que desde entonces aqueja a la sociedad: la necesidad de espacios propios para poder desarrollarse, lo cual era una opinión compartida por muchas, pero que nadie se atrevía a manifestar. Aquí el lector saca sus propias conclusiones, quizá en esto radique su frescura, vigencia y asegurada posteridad.

Como han podido ver, no me adentré a hablar a detalle del libro, pues si lo hago, corro el riesgo de que también caiga en el engaño y crea saber su contenido. Por tanto, si les ha interesado el título, salgan a conseguirlo, este libro no es difícil de encontrar.

@Urieldejesús02