Carlos Valdez, ilustrador en numerosas técnicas
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Arte y Cultura

Carlos Valdez, ilustrador en numerosas técnicas

Domina técnicas de dibujo en lápiz, tintas, acuarelas, marcadores y arte digital


Carlos Valdez, ilustrador en numerosas técnicas | El Imparcial de Oaxaca
Se refleja la constante y ambivalente relación amor y odio.

El artista Carlos Valdez nació en Guadalajara, Jalisco, pero por razones de trabajo de sus padres se radicó en la capital oaxaqueña. Aprendió a dominar diversas técnicas de dibujo en lápiz, tintas, acuarelas, marcadores y arte digital.

En esta colección refleja la constante y ambivalente relación amor y odio en la cotidiana existencia del ser humano, que rige y domina nuestras vidas de forma insospechada y a veces en forma automática desenfrena o equilibra nuestras emociones, nuestra psique comprometida por las reglas impuestas por una sociedad avasallante, hostil y exigente de aparente bondad y perfección.

Así, el autor plasma su conflictuada experiencia vital alimentada por el amor y odio a sus propios miedos, a su ansiedad, al tiempo, a la soledad; utilizando para sus ilustraciones simbolismos y metáforas.

Al hacer un recorrido visual por sus obras, no puedo más que admirar el gran trabajo que ha hecho, y como nos lleva a un viaje desde el interior de la conciencia hasta el mundo real, donde la miseria de las riqueza, la acumulación ilimitada de posesiones  vistas como trofeos, causan la total inconformidad de un coleccionista, pues en el afán de conservar sus afectos terminan matando lo que más aman, quedando en la soledad, la tristeza y la impotencia.

La expresión artística conlleva a la comunicación del mensaje.

Creatividad

El artista dibuja con perfección y detalle la armadura que quisiera le protegiera de los golpes brutales del desamor y la ansiedad; se retrata así mismo y sólo ve en el reflejo del espejo un ser monstruoso, irreconocible, a veces totalmente vulnerable, otras presas de un incendio capaz de diluir su esencia. ¿Qué tan pesada es la culpa que te hace fragmentos? ¡Cómo un corazón sufre lo indecible! Nos muestra al suicida que sabe que dentro lleva una carga de amor acumulada, en el jardín que ha crecido en su interior y nadie ve, ni siquiera la luna. Que en el proceso se convierte en un ente  kafkiano con cáscara humana… y sin esta debacle desapareciera el mundo habrá algo que lo salva y ata, este algo es el arte que lo mantiene vivo, esclavo y amo de su talento y realidad.

Crítica

Carlos Valdez nació para ser artista en un mundo conflictivo, donde el amor se está cayendo como las hojas del árbol, que necesita del agua para sobrevivir, de palabras que lo alienten para crecer, de un abrazo para poder dar frutos. Pero no lo tiene porque todos pasan sin voltear. Toda la naturaleza necesita de nosotros y nosotros de ella, ambos nos necesitamos, pero nos falta conciencia, amor, no solamente para la Tierra sino para los seres que vivimos en el planeta.

Por eso los trabajos del artista nos hablan del tema actual, donde ya no existe el saludo diario sino todos parecen no existir porque no dan ni los buenos días. Es hora de reflexionar sobre este tema. No nos cuesta nada abrir la boca en el camino donde vamos, somos humanos que nos vamos extinguiendo, con pandemia o sin pandemia debemos buscar las formas de cambiar para ser diferente en el mundo en que vivimos.

La expresión artística conlleva a la comunicación del mensaje, que debemos interpretar para alentar al artista en su búsqueda del propio yo. Pero la obra de Valdez es única comunicante con nuestro público y de alto valor. Admiremos estos temas que nos han hecho pensar para hacer.