Cocineras, guardianas de la gastronomía ancestral
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Cocineras, guardianas de la gastronomía ancestral

Alba Barrios, originaria de San Mateo Yucutindoo, dice que la herencia más valiosa que recibió fue aprender a cocinar


Cocineras, guardianas de la gastronomía ancestral | El Imparcial de Oaxaca

La gastronomía hizo el sueño realidad de Alba Barrios Sánchez, una mujer de 50 años, originaria de San Mateo Yucutindoo, que a través de sus conocimientos culinarios pudo ponerse de pie frente a un micrófono y compartir el legado de la gastronomía de Oaxaca con el resto del mundo.

La herencia más valiosa que recibió fue aprender a cocinar, y tras ello nació el compromiso e interés por promover la gastronomía de su pueblo natal, aunque por su mente no había pasado la idea de llegar a ser reconocida en distintas cocinas de México.

“La recompensa de ser cocinera fue muy grande, tanto que yo no la puedo pagar. Irme a conocer otro lado y ganar una monedita, dar a conocer lo que yo sé hacer allá en la marginación, esa es la recompensa”, fueron las palabras de la mujer indígena que ahora enseña a las nuevas generaciones de su familia a ser cocineras tradicionales.

Junto al título de cocinera tradicional surgió la idea de publicar en un libro el buen sabor de la comida de San Mateo Yucutindoo, ya que esta forma sería la más idónea para conservar la gastronomía local y compartirla con más personas.

Según aprendió de sus ancestros, una buena alimentación se traduce en una vida próspera y sana; de ahí la importancia de conocer la historia de cada uno de los platillos que prepara, los cuales comparte en las fiestas de su pueblo.

“Me siento contenta de dar a conocer lo que es una cocinera tradicional, lo poco que uno puede hablar darlo a conocer, y más de la cocina, presentar tostadas hechas a mano, dar clases a niños para que no se pierdan esa tradición, para que la humanidad se multiplique un poco más y no comer enlatados, no perdamos la costumbre”, declaró en entrevista para EL IMPARCIAL, el mejor diario de Oaxaca.

Con estudios concluidos al grado de primaria, doña Alba logró posicionarse como una de las exponentes más importantes de la gastronomía oaxaqueña. En el presente, personas de distintas etnias y naciones han recibido cátedra sobre cocina y lo que conlleva preparar buenos alimentos.

Esa misma experiencia que durante años ha compartido con desconocidos, la llevó a compartir escenarios con reconocidos chefs de la Ciudad de México, Acapulco, Guerrero y Michoacán.

Convencida de que los aromas y sabores provenientes de los ingredientes orgánicos son la principal característica de la cocina tradicional, doña Alba apunta que a sus 50 años no se detendrá en la difusión de la gastronomía de su comunidad, ubicada en la Sierra Sur de Oaxaca.

“Es un orgullo para mí y para mi pueblo, pues hemos sido varias mujeres unas cocineras tradicionales, porque decidimos no quedarnos en la marginación. Sigo pidiéndole a Dios que nos sigan buscando para platicar como hasta ahorita”, dijo tras acertar que personas como ella han cumplido un sueño aún cuando vieron frenados sus estudios.

En su familia, las jóvenes generaciones también serán cocineras, como madre de familia y abuela transmitirá el conocimiento de la buena alimentación; con ello cumplirá con heredar lo que por años aprendió de su madre y su abuela.

Al paso del tiempo entendió que la gastronomía jamás conocida en la urbanización sería una de las herramientas para combatir la marginación, pues ahora la cocina le otorgó el reconocimiento y título de respeto para toda la comunidad.