Movimiento turístico y el interés por el patrimonio

Para el arqueólogo Leobardo Pacheco Arias, responsable del Corredor Arqueológico del Valle de Tlacolula, eventos como el equinoccio de primavera, ocurrido este fin de semana, han sido parte de la observación del sol hecha por las culturas mesoamericanas. 

Sin embargo, señala que en los últimos años se ha creado una moda por acudir a recargarse de energía a las zonas arqueológicas del país, en un movimiento con fines turísticos que deja de lado el conocimiento astronómico generado por estas culturas. 

Aunque respetable, el especialista remarca que acudir en fechas como estas y subirse a las pirámides lo único que genera en las personas es una insolación. Además de que, al margen de los rituales, el usar prendas de cierto color no concuerda con el interés por recargarse se energía.

No obstante, también cree que de cierta manera el interés por el equinoccio de primavera ha propiciado el interés de las personas hacia el patrimonio cultural y su acercamiento a zonas como Mitla. 

En este sitio, dijo el especialista, el movimiento del sol ha marcado la disposición de las construcciones o su presencia en los murales, así como en otros del país determinó la ubicación de las construcciones.

Gracias a los eventos de equinoccio, apuntó durante una conferencia sobre el equinoccio desde una perspectiva arqueológica, el público ha conocido los sitios como Mitla. “Pero es importante entender que hay una parte astronómica, una que… sí el sol marca este fenómeno y en algunos lugares marca periodos o fenómenos como en Chichen Itzá. Pero no en todos”, subrayó ayer.

Al invitar a conocer más sobre las zonas arqueológicas, el especialista comentó que el fenómeno del equinoccio que se da en dos periodos del año, cuando el sol se alinea con la línea del Ecuador, que marca la entrada de la estación. Y si bien se trata de “un fenómeno astronómico importante”.

Pero que el que se haya convertido en una moda afecta no solo a las personas, por la insolación, sino al patrimonio mismo, pues al subir a la cima de estos monumentos se agrava el deterioro de tales.