Exploración en el textil, diversas posibilidades

Geometría, sobriedad, texturas, combinaciones y armonía son adjetivos que destacan en la obra de la artista danesa Trine Ellitsgaard, quien a través de 24 piezas comparte su experimentación con los textiles.
Las fibras y variedad de elementos que con ellas se fusionan dan lugar a Tekstil, exposición que a decir del escritor Michael Sledge muestra “la amplitud del oficio meticuloso de Trine, así como la expansividad de su imaginación”.

En el texto que acompaña la obra, Sledge escribe que la variedad de formas y la incansable búsqueda de nuevas maneras de usar los materiales nos desafían a apreciar su trabajo como la expresión de una sensibilidad unificada.

“Hay cualidades que nunca faltan durante los encuentros con la obra de Trine: una elegancia, un exquisito sentido del equilibrio y una sutil armonía de color y diseño”, remarca sobre piezas como Negro/Blanco o Geometría, de las que -dice- es como mirar el bosque y sentirse cautivado más y más profundamente, embelesado por el ritmo y las repeticiones de la naturaleza.

No obstante, refiere que la sobria elegancia difícilmente agota todas las cualidades que ofrece Trine, ya que “en tan sólo un parpadeo, ella se suelta para satisfacer su sentido del humor por medio de exploraciones experimentales, tridimensionales o cómicas”.

Tekstil es una exposición que reúne 24 obras de Trine Ellitsgaard, como muestra de las posibilidades y experimentaciones con materiales diversos para crear un textil, uno que resalta por su geometría y su sobriedad.

Trine es una artista danesa que desde hace más de 20 años vive en Oaxaca, que según palabras de Sledge ha cultivado sin cesar una visión sorprendente del arte textil, una en la que se integran tanto formatos tradicionales como excrecencias salvajes.

Tekstil es la serie de obras más recientes de la artista y se exhibe en el Centro Cultural y Académico San Pablo.

Las obras de la exposición incluyen diversos materiales como la seda, el cobre, hilo de vidrio, henequén, bambú, pelo de caballo, pita, ramio, papel, oro e intestinos de cerdo.
Las 24 piezas fueron creadas en su taller, donde tiene un telar pequeño que proviene de su país: Dinamarca. Sin embargo, otras más fueron creadas en Teotitlán del Valle, población en el que tiene un telar grande, mientras que unas más se originaron en el Taller de Afelpado del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).