Se va “Nacho” Toscano, el generoso corazón musical de Oaxaca

Por: José Luis Pérez Cruz

Un ramo de alcatraces blancos y una fuerte ovación fue el premio que el etnomusicólogo, Rubén Luengas, entregó a Ignacio Toscano para reconocer sus 40 años de gestión cultural en noviembre de 2016. El público de Instrumenta Oaxaca abarrotaba el Teatro Macedonio Alcalá y atestiguaba lo que sería la última emisión de Instrumenta Oaxaca, la faena más apasionada de Toscano, misma que hizo sonar por 13 años.
“Siempre hemos roto las reglas, y creo que lo que hemos hecho a lo largo de muchos años es estar siempre a favor de lo que vale la pena; nos gusta sembrar como lo hemos hecho todos los años, sembramos porque alguien va a tener que seguir regando”, fueron las palabras del entusiasta Ignacio Toscano.

Desde entonces muchos rumbos caminaron los pasos de Nacho, como le decían con cariño sus amistades, quien la tarde del martes 7 de enero dejó de existir físicamente, lejos de su tierra oaxaqueña, pero siempre muy cerquita del corazón de las músicas que promovió intensamente, durante las 13 emisiones del encuentro académico y de especialización musical: Instrumenta Oaxaca.

Esta tarde de martes la noticia se dispersó en mensajes y llamadas de los amigos de Nacho, que buscaban desmentir la noticia, pero la sentida confirmación puso de luto al círculo de la gestión cultural en México y el mundo, que ve partir a un incansable impulsor.

Ignacio estudió arquitectura en la UNAM, antropología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, además de ingresar a la Escuela Nacional de Música. Siempre entusiasta, Toscano desarrolló un profundo conocimiento de todas las manifestaciones artísticas y culturales que encontró a su paso.

Su visión lo llevó a empresas ambiciosas y casi imposibles en materia de cultura, donde la búsqueda de recursos fue un arte para ver cristalizadas sus ideas. Amigo de todos, encontraba eco en su liderazgo que por fortuna surcó en Oaxaca.

“Creo mucho en la voluntad, y que las grandes ideas deben practicarse. Alguna vez leí una frase en un convento en Aguascalientes que decía: ‘Sin aplicación constante no se logran los intentos, hay que trabajar diario’. Entonces, hay que invertir en el ánimo, y ser ambiciosos para ser generosos”, dijo Toscano al inaugurar Instrumenta en el 2014.

A lo largo de 43 años estuvo entregado a la promoción de las artes en diferentes trincheras, lo mismo en el Instituto Nacional de Bellas Artes o como director general de Instrumenta Oaxaca. Recientemente (2018) como encargado del Despacho de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca y actualmente era director del Centro Cultural de Oaxaca, cuyo proyecto está en vías de materializarse.

Siempre sonriente y atento, caballero de saludo fraterno, hasta hace unos meses a Nacho se le veía caminar por la calles del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, siempre como un activo asistente a los eventos culturales más resonados de su tierra adoptiva (Oaxaca) y de la Ciudad de México (su centro de operaciones).

Apasionado de las músicas y fiel asistente de todos los conciertos; fue el invitado de lujo en las fiestas de sus amigos, donde la música no tenía fin para convertirse en la pareja ideal de una cumbia o un danzón, el gran conversador de la mesa más alegre.

Sin duda, a Ignacio Toscano no le alcanzó la vida para cumplir todos sus planes que se reflejaban en el entusiasmo de sus ojos, proyectos y citas quedaron anotados en las tarjetas blancas que a lado de su pluma se renovaban día con día en el bolsillo izquierdo de su camisa.

“Siempre hemos roto las reglas, y creo que lo que hemos hecho a lo largo de muchos años es estar siempre a favor de lo que vale la pena; nos gusta sembrar como lo hemos hecho todos los años, sembramos porque alguien va a tener que seguir regando” Ignacio Toscano
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