Fundente llega a la Casa de la Cultura Oaxaqueña
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Arte y Cultura

Fundente llega a la Casa de la Cultura Oaxaqueña

A través de 40 obras, Max Sanz homenajea a su padre y a su oficio, y mediante los materiales construye realidades e historias.


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Por: Carlomagno Pedro Martínez.

 

Hace un poco más de tres lustros supe de un niño creador de la ciudad de Oaxaca, recuerdo haber visto unos trabajos y fotografías donde afanosamente pintaba un cuadro; con los años he visto trascender en el medio del arte a este artista oaxaqueño de gran talento.

En los diálogos que he tenido con este creador, una frase recurrente que viene a mi mente y que alude al gran Roberto Donis, quien textualmente citaba “Lo importante no es tener talento sino saberlo conservar”.

Con asombro veo esa constante que distingue a los creadores oaxaqueños en el realismo mágico, siempre veo sus elefantes, barcas y su fauna abundante, los toros que suspenden en artefactos de metal en el aire y siempre unas barcas soñando en apearse en “la isla de la Utopía”, esa utopía que anhelamos constantemente en la búsqueda de la imaginación y esos elefantes recurrentes en su mente y mano creativa de este joven artista.

Max Sanz se ha destacado como uno de los artistas con una sólida trayectoria de un poco más de dos décadas de trabajar el arte fantástico, ahora en su intervención o en su aventura por la escultura veo las barcas de cocodrilos que parecen como si fueran o se unieran al pensamiento actual de la humanidad de salvaguardar las especies. Veo que Max con sus ballenas, con sus cocodrilos, sus toros, sus elefantes, sus simios, va marcando la pauta para que en el lenguaje del arte se haga consciencia en los espectadores.

Admiro siempre la soltura en su pintura de los colores, la solución en la composición, el aporte de sus animales como si fuese un gran circo, un circo sin ataduras, sin golpes y domadores, al presentarlas tal cual una “pasarela” de animales fantásticos.

Tema aparte son los elefantitos en la mente alucinada de este joven, de los cuales siempre se había dicho que el elefante rosa se alucinaba por los efectos de los psicotrópicos, rompiendo con este esquema o paradigma, ahora en su cerebro de este hombre creador, de manera natural se percibe y se plasma esa manada de elefantes de colores.

En esta exposición quiero invitar al público a que degusten y observen la propuesta de un artista plástico que tiene mucho que dar al ámbito del arte oaxaqueño.

Siempre hablar de un artista es un tanto complicado porque el arte debe mantener un diálogo con el espectador. Afortunadamente, cuando veo una obra de Max Sanz siempre encuentro un diálogo constante y hago mis propias historias de las propuestas plásticas que este hombre hace para la humanidad.

Enhorabuena, espero que el espectador encuentre ese diálogo en esta aportación sincera de un artista oaxaqueño que ya es prácticamente su compromiso para con la sociedad de mantenerse creativo. He visto siempre y remarco que los artistas son como unos “grandes niños” y es el caso evidente en Max Sanz “El niño creativo del arte oaxaqueño”.
*Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014/Director del Museo Estatal de Arte Popular de Oaxaca

UNA RELACIÓN CON MI OBRA: MAX SANZ

Fundente nace a partir de las memorias del oficio de mi padre, arquitecto de profesión. Desde muy chico recuerdo que me llevaba a sus obras en las cuales veía tubulares, ángulos, tensores, materiales que en ese contexto eran elementos vitales para la construcción, estas memorias cobrarían un sentido al retomar una de mis pasiones dentro del arte, la escultura. Estoy en un momento donde puedo decir que encuentro un lenguaje particular y una propuesta más dinámica.

Mis inquietudes dentro de Fundente son notorias; la escultura como una obra con movimiento, romper los esquemas de que ésta se le ha prohibido ser tocada, por lo contrario, considero que debe ser interactiva con el público que las contempla.

Otro punto dentro de esta serie que se constituye a través de bronces, resinas y cerámicas es su relación que guarda cada una con la base. La base, elemento principal tanto de la escultura como de la arquitectura, fue uno de los ejes rectores de toda la serie, considero que este elemento no debe ser un complemento de la escultura; por lo contrario, debe ser la misma escultura, liberarla de dicha etiqueta.

La serie está constituida por 40 obras que cada una de ellas guarda relación con mi obra pictórica, ya que a través de las barcas en forma de cocodrilo, los monos, los elefantes y las muertes narran historias que invitan al espectador a adentrarse en ellas. Fundente es, también, un homenaje a mi padre y a su oficio y que a través de estos materiales construyo realidades e historias.

La serie estará expuesta en la Galería Rufino Tamayo de la Casa de la Cultura Oaxaqueña (CCO), en la cual conté con la curaduría de Ramón Núñez Rojas.