Edilberto Regalado: me desagrada que la cultura deba sacrificarse
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Arte y Cultura

Edilberto Regalado: me desagrada que la cultura deba sacrificarse

El tenor piensa que debe de darse más importancia a la cultura, al ser una posibilidad para cambiar y sensibilizar a las personas


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Los recortes a diversas áreas o programas en el país, se deben a que hay “poco dinero”. Sin embargo, el tenor Edilberto Regalado (Juchitán, Oaxaca) considera que no por el plan de austeridad se tenga que poner en juego a la cultura.

“Lo que me desagrada es que siempre la cultura tenga que sacrificarse para, aparentemente, resolver los problemas económicos en el país. No estoy de acuerdo en eso; pienso que la cultura debe de ser la más importante para modificar a la sociedad, para educarla y sensibilizar a los seres humanos”, apunta el intérprete sobre las decisiones de la actual administración federal, que han generado polémicas por la posibilidad de desaparecer o limitar las becas y otros apoyos.

LAS LIMITACIONES

Hay muchas limitaciones y cambios, ahonda el tenor radicado en Alemania, a donde decidió emigrar para desarrollar su carrera en la ópera.

“Antes no nos pedían dar apoyos a las instituciones, ahora me dicen que tengo que dar apoyo; siempre lo he hecho, he cobrado menos o no he cobrado”, explica el cantante oaxaqueño sobre cambios o solicitudes como éstas que tiene que equilibrar para mantener su carrera.

Este mes, el tenor se encuentra en el estado, donde ha tenido algunas participaciones recientemente, como la de la ceremonia por los 48 años de la Casa de la Cultura Oaxaqueña. Además de preparar una presentación más para el 21 de julio.

En Alemania, el país en el que radica desde hace varios años, señala que ha tratado de compartir el sentir y vivir de los latinoamericanos, a través de piezas como las de la música tradicional mexicana (y en ella la de Oaxaca).

VOCES ROMÁNTICAS

“Nos contratan porque somos voces románticas, comparadas con las de otros países. Somos bien enamorados, somos los galanes, los que cantamos al amor y por eso nos contratan porque tenemos esa inteligencia emocional muy desarrollada”, señala el intérprete oriundo de Juchitán de Zaragoza, en la región Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

Por eso, agrega, cantantes como los mexicanos guardan conexión con los valses y arias, que generalmente aluden al amor.
Edilberto percibe que al menos en el campo de la ópera, países como Alemania son muy distintos a México. Ahí, la ópera es una tradición e incluso una empresa, con coros, bailarines, orquestas y demás elementos humanos enfocadas en ello.

POR TEMPORADA

“En México, todo se hace un poco por temporada. No tenemos instaurado tenerla como empresa”, excepto en (el Palacio de) Bellas Artes, en ciudades como Guadalajara o Guanajuato, donde hay más gente trabajando en ello.

Y eso se debe a que esta expresión es relativamente nueva y no una tradición, como sí lo es la música, explica. De ahí que también decidiera mudarse a Alemania, para desarrollar una carrera que al menos en sus inicios veía complicado hacer en México.

AMPLIAR LOS HORIZONTES

Sin embargo, en cada ocasión que regresa a México trata de ampliar los horizontes de su labor, con la interpretación de temas en lenguas indígenas, como el zapoteco. “El cantante de ópera, en este caso yo, tiene que tener la capacidad de cantar las canciones como un cantante popular, con más inspiración y buscando que el estilo coincida, si es bolero, cantar a ese estilo”.

Ahora, observa más posibilidades, en especial para las nuevas generaciones de intérpretes, quienes pueden inscribirse en festivales donde se promocione a las lenguas indígenas o la música tradicional y popular mexicana. Con los jóvenes, al menos en Oaxaca, observa mucho potencial, en parte debido a que hay más espacios en los que formarse.