Tenemos que construir un país de derechos: Salomón Nahmad
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Tenemos que construir un país de derechos: Salomón Nahmad

La vida y labor del antropólogo es plasmada en el libro Salomón Nahmad Sittón. Una historia del indigenismo mexicano, de Claudia Molinari


Tenemos que construir  un país de derechos: Salomón Nahmad | El Imparcial de Oaxaca

De niño, le llamaban “el turco”. A sus seis años de edad, Salomón Nahmad Sittón (Ciudad de México, 1935) no comprendía el porqué del mote, aunque con el tiempo descubrió que se debía a las raíces de sus padres, vinculadas al imperio turco. Sólo que ellos venían de un país árabe y “no hablaban turco, sino árabe”.

El antropólogo rememora su infancia, aquella que ve como el origen de su interés en una carrera en la que incluso se le ha considerado defensor de los indígenas. “Yo me interesé por la antropología porque desde niño también sufría la discriminación porque mi apellido no es de origen español, sino árabe. Mi papá emigró de Siria a México, jovencito, de 14 años. Mi mamá nació en Egipto y de niña la trajeron sus padres a vivir a México, a los seis años”, explica el ganador en 2018 del Premio Nacional en Ciencias y Artes, en la categoría de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.

Para el autor de Sociedad Nacional y La antropología aplicada, la vida intercultural fue conocida desde niño, cuando compartía clases, en Veracruz, con niños de origen náhuatl, que hablaban la lengua de su pueblo, como él lo hacía con el idioma de sus padres.

“Ahí está la realidad, no es que te la cuenten”, ha dicho quien desde entonces comenzó el cuestionamiento sobre la multiculturalidad y los derechos, y que ahora marcan la pauta en su trabajo.

Como trabajador social, Nahmad tuvo contacto con casos de infantes que cometían ilícitos, gran parte de ellos en situación de pobreza y que procedían de pueblos indígenas. “En la universidad fui a trabajar al campo y ahí me encontré con la realidad en Cholula, Puebla. Otra vez me encontré con la diversidad cultural”, apunta el investigador que se decidió por la antropología para profundizar en el tema.

“Me convertí en antropólogo y de repente no sólo era antropólogo sino defensor de los derechos de los pueblos indígenas de México y del mundo”, recordaría después quien participó en la creación de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, un tema que considera es el trabajo fundamental de todos los seres humanos, sin importar sus orígenes.

“Ya me gané un premio por hacer lo que me gusta. Y me lo dio el gobierno de mi país y me siento muy contento, pero también me siento a veces muy a disgusto con el gobierno, por el trato que le da a los pueblos indígenas. He tenido muchas fricciones desde joven”, expone quien hace unas décadas fuera encarcelado a raíz, explica, de tales discrepancias, y en un tiempo en el que sus mejores amigos eran otros reos, pero de origen indígena.

Descendiente de migrantes y por varios años dedicado a la investigación sobre multiculturalismo, Salomón describe su vida en el libro Salomón Nahmad Sittón. Una historia del indigenismo mexicano, de Claudia Molinari, publicado en 2018 y presentado ayer jueves en la Ciudad de México, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).

A su más de 80 años, el antropólogo señala que lo que se requiere es “construir un país de derechos” y que se respeten, en especial los de los pueblos indígenas. Es necesario, subraya, “respetar la dignidad de la gente”, una labor que aunque considera difícil es esencial en México y en el mundo. “Todos los antropólogos del mundo estamos en ese trabajo, por defender los derechos de la gente”, ahonda quien viendo las ideas del mandatario estadounidense Donald Trump describe que con las barreras no se logrará nada.