Guelaguetza: Dejar lo folclórico y volver a lo comunitario
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Guelaguetza: Dejar lo folclórico y volver a lo comunitario

La participación de compañías de danza regional o de casas de cultura no es lo auténtico: Ana Vásquez Colmenares


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A partir de este año, uno de los objetivos es “recuperar el carácter de la Guelaguetza comunitaria”, dice la secretaria de Cultura de Oaxaca, Ana Vásquez Colmenares. Esto, debido a que “se ha ido volviendo un espectáculo folclórico de compañías de danza regional o de casas de la cultura”.
La funcionaria refiere que la participación de esos grupos da pie a un problema, pues no es lo es lo genuinamente auténtico de una comunidad. De ahí el interés de devolverle este carácter comunitario a la Guelaguetza.

“Cuando yo era chica, quienes venían a bailar eran las señoras, toda la gente de las distintas edades que participaban en las fiestas patronales de la comunidad y eso hay que recuperarlo, porque es la única vez en el año en que se puede ver”, expresa.

En el libro Historia del Arte en Oaxaca, María Luisa Acevedo Conde destaca en su artículo Historia de la Fiesta de los Lunes del Cerro que “Guelaguetza de los Lunes del Cerro se llama al abigarrado conjunto de trajes, bailes, música y artesanías que forman un mosaico de expresiones del folclore de las ocho regiones de Oaxaca, mediante el cual se muestra una pequeña parte de su rico acervo cultural”.

A principios de mes, la presidenta del Comité de Autenticidad, Margarita Toledo, señalaba que las presentaciones del Lunes del Cerro no son para ballets folclóricos, sino para que grupos de las comunidades representen y den un mensaje de lo que se hace en sus pueblos, de sus costumbres en las bodas, mayordomías u otra celebración/ritual.

Esto, ante la existencia de grupos que quieren participar en la fiesta, pero que el organismo detecta con varias irregularidades.

Asimismo, porque en las visitas del comité han detectado delegaciones que quieren ingresar a la fiesta, pero que “todavía no acaban de digerir lo que son sus tradiciones y costumbres, y están a veces inventando vestimentas que no”.

Para Vásquez Colmenares es necesario reconocer que hay fiestas que no porque no sean precolombinas en su origen no tienen validez.

En este caso, la Guelaguetza -comenta- es una celebración que tiene 85 años que “tampoco nos la estamos inventando ¿Qué hay que retomar?: los aspectos que la hacen realmente única porque el que dancen jóvenes de secundaria o prepa, aunque sean más bonitas o flaquitas, no significa que sea mejor el espectáculo”.

El escritor Jesús Lizama, autor del libro La Guelaguetza en Oaxaca, refiere que fue a inicios del siglo XX cuando los Lunes del Cerro se constituyeron como una festividad característica de los oaxaqueños, quienes subían al cerro con fines de esparcimiento.

Agrega que fue a partir de 1928 cuando la fiesta tomó un carácter más regional y comenzó a llamarse Fiesta de la Azucena. Entonces comenzaron a ejecutarse danzas como la de la Pluma y hubo algunos concursos y trajes regionales.

Ya en la década de los años 30 se retomaron elementos que la vinculaban con su supuesto pasado prehispánico, es por ello que inició la designación de la Diosa Centéotl o diosa del Maíz Tierno.

Gustavo J. Pérez Jiménez, en La Guelaguetza de los Lunes del Cerro, refiere que fue a inicios de la década de 1950 cuando se decidió incluir la Guelaguetza como un espectáculo de bailes y danzas debidamente organizado, en las fiestas de los Lunes del Cerro.

Ello, añade en su libro, “fue un éxito, pues no tardó en convertirse en la parte más relevante de las tradicionales fiestas costumbristas en el estado, de tal forma que en la actualidad se conoce en los más apartados rincones del mundo”.

Sobre la proyección de la Guelaguetza como espectáculo nacional e internacional, Jesús Lizama recuerda que fue el 6 de julio de 1951 cuando diversos funcionarios de los gobiernos estatal y municipal, representantes de comerciantes locales, hoteleros y empresas nacionales “se reunieron para debatir sobre la forma en que se podría dar a Oaxaca una proyección dentro del ámbito nacional y convertirla, paulatinamente, en un centro turístico”.


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