¿Morirá la filatelia?
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¿Morirá la filatelia?

Motivar a las nuevas generaciones es la estrategia del Mufi para promover el coleccionismo postal en la era digital


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“Veo muy difícil que llegue a desaparecer la filatelia”, dice Eduardo Barajas Mendoza, director del Museo de Filatelia de Oaxaca (Mufi), sobre una afición que surgió desde la emisión del primer sello (el Penny Black, en 1840, en Inglaterra), pero aún se mantiene en varios países del mundo (incluido México).

La esperanza de Barajas viene porque “al final de cuentas, el timbre representa a un país, su historia, las actividades cotidianas en arte, su naturaleza”. De ahí que piense en que esta actividad deje de existir. Lo que sí cree es que conforme pasen los años se producirán menos timbres postales, “por el tema de las comunicaciones inmediatas”.

Como titular del —hasta ahora— el único museo de su tipo en el país (uno próximo a cumplir 20 años de vida), Barajas considera “importante motivar a las nuevas generaciones a que sigan en el estudio del timbre y a que sigan coleccionando timbres postales, en especial de México”.

Aunque existan otras tecnologías para la comunicación, como el correo electrónico o las aplicaciones de mensajería instantánea, María de la Luz Santiago Pérez (coordinadora de educación del Mufi) también se muestra optimista respecto al interés de la juventud y la niñez por la comunicación epistolar y el coleccionismo de timbres. Y es que tan sólo en 2017 fueron casi 40 mil los asistentes, la mayoría con edades entre los 15 y 28 años, los que conocieron este museo que alberga más de 200 mil piezas (incluidos el primer sello emitido en el mundo y el primero en la historia postal de México).

“Creo que más que ver a la tecnología como algo que amenaza a la correspondencia y al timbre postal, sería más verlo como una herramienta para impulsar y desarrollar más coleccionismo, y sobre todo la correspondencia y envío de cartas”, externa Santiago.

Tanto Barajas como Santiago dicen que si bien el futuro es incierto, la apuesta es fomentar el interés por la filatelia, por eso “una de las funciones del museo es preservar lo que ya tenemos, preservar el timbre postal para que sea un legado”

No sabemos a ciencia cierta si en 20 años ya no habrá timbres, esperemos que no, confía Barajas.


aa

 

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