Lo que parecía una jornada más en Villa de Tejúpam de la Unión, en la región Mixteca de Oaxaca, se convirtió en un hecho de tensión y reclamo ciudadano cuando habitantes del municipio retuvieron este sábado por más de tres horas a elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI). Los agentes, destacamentados en San Juan Bautista Coixtlahuaca, fueron señalados de extorsionar a un hombre bajo amenaza armada, además de operar fuera de su jurisdicción.
La retención sucedió este fin de semana y los agentes fueron liberados horas después tras un proceso de diálogo con autoridades comunitarias. En el que se establecieron responsabilidades y sanciones.
DISCULPA PÚBLICA Y MULTA: LA COMUNIDAD IMPONE CONDICIONES
Antes de ser liberado, el comandante Enrique Daniel Chao Ramírez, responsable del operativo y líder del grupo de investigación, ofreció una disculpa pública frente a autoridades municipales y pobladores.
“No volverá a ocurrir. Nos comprometemos a respetar la jurisdicción y no incurrir en actos indebidos”, expresó el comandante.
Además de la disculpa, los habitantes impusieron una multa de 30 mil pesos como medida reparatoria por el daño causado a la comunidad. Tanto por la instalación de retenes ilegales como por la presunta intimidación con armas de fuego.
DENUNCIA CIUDADANA: EXTORSIÓN A PUNTA DE PISTOLA
Según relataron los lugareños, el comandante Chao Ramírez y sus agentes habrían intentado quitarle 50 mil pesos a un hombre bajo amenazas armadas. Lo que detonó la movilización comunitaria. El hecho, calificado por los pobladores como un acto de abuso de poder, fue suficiente para que se organizaran y retuvieran a los agentes en espera de una resolución colectiva.
Este caso no sería un hecho aislado, ya que algunos habitantes aseguraron que el comandante Chao Ramírez fue expulsado anteriormente de San Juan Bautista Cuicatlán por conductas similares. Entre ellas, abuso de autoridad y presunta corrupción.
ENTRE LA LEGALIDAD Y EL HARTAZGO: UN CASO QUE REFLEJA DESGASTE INSTITUCIONAL
Más allá del hecho puntual, lo ocurrido en Villa de Tejúpam revela una crisis de confianza hacia las instituciones de seguridad estatal. La retención ciudadana como forma de presión y justicia comunitaria responde, en muchos casos, a la falta de respuesta efectiva de las autoridades formales.
Los pobladores acusaron a los agentes de operar de forma impune, colocando retenes sin justificación legal, intimidando a civiles y extorsionando bajo el amparo de sus cargos. Este tipo de prácticas, lejos de garantizar seguridad, profundizan el temor y la desconfianza en las corporaciones policiales.
¿Y LA JUSTICIA FORMAL?
Hasta el momento, no se ha informado si el Gobierno del Estado o la Secretaría de Seguridad Pública iniciarán algún procedimiento administrativo o penal contra el comandante y los elementos involucrados. El silencio institucional refuerza la percepción de impunidad, mientras que la comunidad exige que los compromisos asumidos no queden en una simple disculpa pública.
UN LLAMADO DESDE TEJÚPAM: RESPETO A LA DIGNIDAD COMUNITARIA
Lo ocurrido el domingo en Villa de Tejúpam de la Unión no debe leerse como un hecho aislado, sino como un mensaje claro de hartazgo. La comunidad, organizada y decidida, exigió respeto a sus derechos, a su territorio y a su dignidad.
Las autoridades tienen ahora la responsabilidad de investigar con seriedad y sancionar con transparencia. No se trata solo de evitar nuevos abusos, sino de reconstruir la legitimidad de las fuerzas de seguridad ante una ciudadanía que ya no tolera más atropellos.