El 7 de mayo de 2025, cuatro mecánicos y un adolescente partieron de su taller en el municipio de Centro, Tabasco, hacia la comunidad de Palo Mulato, en Huimanguillo, para reparar un tráiler. La última comunicación ocurrió cerca de una gasolinera, a tres kilómetros de su destino. Desde entonces, se perdió todo contacto.
Familiares y amigos emprendieron una búsqueda desesperada, denunciando la desaparición ante la Fiscalía General del Estado de Tabasco. El 14 de mayo, en jurisdicción de Huimanguillo, fueron localizados cuatro cuerpos sin vida. Estudios periciales confirmaron que correspondían a las víctimas reportadas como desaparecidas.
La conexión con Oaxaca
Luego, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) asumió la investigación, en colaboración con la Fiscalía de Tabasco. A través de la Vicefiscalía Regional de la Cuenca, se identificó a dos mujeres: A.A.T. y G.T.R., presuntas responsables de la desaparición y asesinato de las víctimas. A.A.T. había solicitado el servicio de reparación del vehículo, propiedad de G.T.R.
El 6 de junio, ambas fueron detenidas en Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca, durante un operativo conjunto con autoridades de Tabasco y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México. Tras su captura, se iniciaron los trámites para su traslado a Tabasco y ponerlas a disposición de la autoridad ministerial correspondiente.
Impunidad y desconfianza
Este caso de nuevo revela la fragilidad del sistema de justicia en México. La desaparición y asesinato de los mecánicos, aparentemente por un engaño laboral, resalta la vulnerabilidad de los trabajadores y la facilidad con la que pueden ser víctimas de delitos sin que se generen alertas o investigaciones inmediatas.
Además, la colaboración entre fiscalías de diferentes estados es fundamental para esclarecer casos que cruzan fronteras estatales.
Sin embargo, la sociedad exige respuestas claras y acciones contundentes para prevenir y sancionar este tipo de delitos, así como para garantizar que las víctimas reciban justicia y reparación.