Lo que se planteaba como un evento recreativo y turístico se convirtió en un fin de semana trágico y caótico en Acapulco, Guerrero. El festival Acamoto 2025, una concentración masiva de motociclistas que año con año llega sin autorización oficial, dejó un saldo alarmante: 8 personas muertas, 11 heridas y más de 50 accidentes viales registrados durante sus tres días de duración.
De acuerdo con cifras proporcionadas por autoridades locales, 69 motocicletas fueron enviadas al corralón y se aplicaron 250 infracciones por diversas violaciones al reglamento de tránsito.
MONTAÑAS DE BASURA Y CRÍTICAS CIUDADANAS
Además de las tragedias viales, el evento provocó un severo impacto ambiental. El gobierno municipal informó que se recolectaron más de 110 toneladas de basura en zonas como la Costera Miguel Alemán, una de las principales arterias turísticas de la ciudad. Usuarios en redes sociales no tardaron en mostrar su molestia ante la falta de control, el ruido, el desorden y la suciedad dejada por los miles de motociclistas.
“Lo que dejan no es turismo, es un desastre”, comentó un usuario en redes sociales, mientras otros compartían imágenes de calles llenas de botellas, bolsas de basura y motocicletas circulando sin medidas de seguridad.
EVENTO SIN PERMISO, PERO CON VIGILANCIA OFICIAL
Aunque el festival no cuenta con autorización oficial ni aparece en el calendario turístico del estado, las autoridades reconocieron su impacto económico, lo que ha generado polémica entre la ciudadanía. Como medida preventiva, el gobierno estatal desplegó más de 6,000 elementos de seguridad —entre policías estatales, agentes viales, Protección Civil y Guardia Nacional— para intentar evitar tragedias mayores.
Aun así, la cifra de víctimas refleja un alto nivel de descontrol, donde el espíritu del evento terminó eclipsado por la falta de organización y el exceso de riesgos.
UN EVENTO QUE DIVIDE OPINIONES
El Acamoto es cada año motivo de debate entre quienes lo ven como una fuente de ingresos turísticos, y aquellos que lo consideran un evento desbordado que pone en riesgo la vida de locales y visitantes.
Mientras algunos empresarios destacan la derrama económica, comerciantes y habitantes de la zona hotelera y colonias cercanas exigen regulaciones más estrictas o incluso la prohibición total del evento.
¿Y AHORA QUÉ SIGUE?
Ante los hechos, se espera que el gobierno estatal y municipal emitan en los próximos días un balance oficial y posibles modificaciones a la normativa sobre eventos masivos. Por ahora, Acapulco intenta retomar la calma tras un fin de semana que dejó luto, basura y un reclamo ciudadano generalizado por una mejor gestión de este tipo de concentraciones.