El pasado fin de semana, las oficinas de la asociación civil Ojo de Agua Comunicación, ubicadas en la colonia Los Ríos de la capital oaxaqueña, fueron blanco de un intento de robo, un hecho que, aunque no dejó víctimas ni daños materiales graves, pone de nuevo en evidencia la creciente inseguridad que enfrentan las organizaciones sociales en Oaxaca y en muchas regiones del país.
COMUNICADO
Mediante un comunicado público, la organización lamentó lo ocurrido y expresó su preocupación por el contexto de violencia y vulnerabilidad en el que desarrollan su labor.
“Este hecho refleja la situación de inseguridad que vivimos actualmente, no solo en la ciudad de Oaxaca, sino en todo el estado y muchos otros territorios del país”, señalaron.
La asociación civil, reconocida por su compromiso con la comunicación comunitaria y la defensa de los derechos humanos, exhortó a las autoridades responsables a asumir su obligación constitucional de garantizar la seguridad de todas las personas.
“Se trata de un derecho que hoy se ve cada vez más vulnerado”, enfatizaron.
CONTINUARÁ SU LABOR
A pesar del incidente, Ojo de Agua Comunicación refrendó su determinación de continuar trabajando junto a comunidades indígenas y organizaciones sociales en favor de una sociedad más justa, libre y democrática. Desde hace años, esta iniciativa impulsa proyectos audiovisuales, sonoros y de formación, dirigidos a fortalecer procesos de comunicación comunitaria y a visibilizar las luchas de los pueblos originarios y los derechos colectivos.
La agrupación también es reconocida por colaborar activamente en procesos de defensa del territorio, equidad de género, construcción de paz y eliminación de la violencia en todas sus formas. Lo hace no solo desde los medios, sino mediante la construcción colectiva del conocimiento y el establecimiento de alianzas con comunidades, radios indígenas y otras organizaciones civiles.
SE ENCIENDEN ALARMAS
El intento de robo a sus instalaciones —ubicadas en la calle Río Atoyac número 420—, además de representar una violación a la integridad de su espacio de trabajo, ha encendido alertas sobre los riesgos que enfrentan las personas y colectivos que desarrollan tareas en favor de los derechos humanos, especialmente en un contexto donde la criminalidad avanza y las respuestas del Estado parecen ser cada vez más limitadas.
Por lo pronto, Ojo de Agua Comunicación reiteró que ni el miedo ni la violencia detendrán su labor, aunque hoy exigen lo que debería ser una garantía mínima: seguridad para trabajar y vivir con dignidad.