Oaxaca enfrenta una nueva crisis institucional, el Registro Civil, clave en la atención ciudadana, se encuentra en el ojo del huracán tras la decisión del gobierno estatal de trasladarlo al edificio recuperado que se hallaba en comodato de la organización priistas Confederación Nacional Campesina (CNC), un inmueble sin condiciones adecuadas para su operación.
El consejero jurídico del gobierno del estado, Geovany Vásquez Sagrero, defiende la medida como parte de la austeridad gubernamental, pero los trabajadores denuncian hacinamiento, insalubridad y afectaciones en la calidad del servicio.
La protesta, sin embargo, es desigual: mientras los empleados de confianza temen represalias, los trabajadores de base denuncian amenazas y presiones para aceptar el cambio sin cuestionamientos, el Comité Ejecutivo del sindicato niega respaldo.
¿Austeridad?
El discurso de austeridad parece tener dos caras: Mientras se recortan insumos básicos y se degradan las condiciones laborales, el director del Registro Civil ha asegurado para sí una oficina equipada con sala de juntas y 37 cámaras de vigilancia, mientras los trabajadores contarían apenas con espacios reducidos.
Adáptense, dice jefe
De acuerdo con los denunciantes del Archivo Central, el jefe de la oficina, Samuel Cruz Martínez, ha sido señalado por misoginia y humillaciones constantes hacia las trabajadoras, mientras que su superior, Ricardo Lenin Martínez, guarda un silencio cómplice. A esto se suma el desprecio del jefe de la Unidad de Oficialías, Cuauhtémoc Sánchez Martínez, quien insta a los empleados a “adaptarse” a la precariedad porque, según él, están acostumbrados a vivir en casas de interés social (Infonavit).