Petróleos Mexicanos (Pemex) confirmó este lunes que un grupo de “piratas modernos” atacó una de sus plataformas en el Golfo de México el pasado jueves, sin que se reportaran víctimas humanas.
De acuerdo con un comunicado de la empresa estatal, ocho individuos ajenos a Pemex irrumpieron ilegalmente en la plataforma Zaap Delta-D, ubicada en Ciudad del Carmen, Campeche, la noche del 13 de febrero. Durante el atraco, los agresores sustrajeron dispositivos de radio, herramientas y equipos de respiración autónoma.
Pemex aseguró que ningún trabajador sufrió daños físicos, aunque dos empleados fueron evacuados ante una posible crisis de estrés tras el incidente.
REFUERZAN SEGURIDAD EN LA SONDA DE CAMPECHE
Ante la creciente amenaza de estos ataques en alta mar, Pemex informó que se han reforzado las medidas de seguridad en la zona, incrementando la presencia de agentes y coordinando operativos con la Secretaría de Marina (Semar) para intensificar patrullajes con embarcaciones.
El atraco fue inicialmente reportado el sábado en redes sociales por la sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), que compartió imágenes del operativo de rescate y traslado de los trabajadores afectados.
“Nuestros compañeros que fueron amenazados y atracados por ‘piratas’ en la plataforma Zaap Delta ya están en Ciudad del Carmen”, indicó el sindicato en su publicación.
OTRO ATAQUE Y UN PREOCUPANTE INCREMENTO
Fuentes locales reportaron que un día antes, el 12 de febrero, la plataforma KU-H de la Sonda de Campeche también fue atacada por un grupo de cinco “piratas modernos”, quienes habrían golpeado a dos trabajadores. Hasta el momento, Pemex no ha emitido declaraciones sobre este segundo incidente.
El robo y saqueo de plataformas petroleras en la Sonda de Campeche ha ido en aumento en los últimos años. Entre 2018 y 2022 se registraron 102 abordajes de piratas en estas instalaciones, de los cuales solo 36 fueron frustrados por la Semar, según datos oficiales.
El creciente problema de la piratería en el Golfo de México representa un desafío para la seguridad de los trabajadores petroleros y una amenaza para la infraestructura energética del país.