Tras la toma de protesta de Salomón Jara Cruz como gobernador de Oaxaca, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), urgió la práctica de una auditoría a todas las secretarias de la administración saliente, sin persecuciones políticas, pero exhaustiva y sin complicidades.
Dio a conocer que será una fuerza política vigilante del Plan Estatal de Desarrollo (PED) que presente el Ejecutivo del Estado para el periodo 2022-2028.
Sostiene que levantará la voz ante la desviación, el abuso, la intolerancia, la corrupción y la ineficiencia.
Nuestras autoridades municipales y nuestros legisladores, extenderán con responsabilidad nuestra función en el principio de pesos y contrapesos y pensando siempre en la exigencia de justicia, libertad y desarrollo de los oaxaqueños”, dice la dirigencia del PRD.
Expone que no serán obstáculo para que el nuevo mandatario tenga condiciones para hacer un buen gobierno, sin que se confunda su posición con claudicación, sometimiento o entreguismo.
Reconoce que la toma de protesta del nuevo titular del Ejecutivo Estatal, genera expectativas para que puedan generarse condiciones que permitan hacer frente a los rezagos históricos y a los anhelos de justicia social.
Afirma que la ciudadanía votó el pasado 05 de junio, no para sustituir a un hombre o un partido en el gobierno, sino para tener un gobierno responsable que genere propuestas que tengan viabilidad económica y legitimidad política, con sensatez, congruencia y racionalidad.
Advierte que en este gobierno no pueden repetirse actos de complicidad, como el endeudamiento del estado por miles de millones de pesos que fueron autorizados como un cheque en blanco.
Incluso el partido del Sol Azteca cuestiona los actos de corrupción y saqueo cometidos por Javier Lazcano Vargas, exsecretario de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable; Vicente Mendoza Téllez Girón, exsecretario de Finanzas o David Miguel Mayrén Carrasco, exdirector de Caminos y Aeropistas de Oaxaca.
No se deben repetir las lamentables experiencias del poder y padecer un partido de Estado, con su carga de autoritarismo, corrupción, ineficiencia, la arrogancia del poder absoluto y corrompido”, expone.
De paso lamenta el doble discurso de no incluir en el gabinete a funcionarios públicos de otros estados y de otras administraciones.
