La mitad de la transformación
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Debates y Deslindes

La mitad de la transformación

 


Desde cualquier punto que se observe a nuestro país y a Oaxaca, debemos de reconocer que en estos tres años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el país ha cambiado. Basta ver las encuestas y la actitud del gobernante para entender que México no es el mismo. El 70 por ciento de los mexicanos apoyan su labor y mantienen sus simpatías y un treinta por ciento, de clases acomodadas y dueñas de los negocios corruptos de otros tiempos, lo odian.  

La razón es muy sencilla. La política de AMLO va a favor de la historia de las reivindicaciones sociales y de los pobres de México. El neoliberalismo va a favor de los grupos con más recursos y tiene como función hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Tampoco podemos decir que AMLO sea un hombre de izquierda que conduce al país a una nación más igualitaria o socialista. Hace lo que puede dentro de la economía de mercado y él como millones de mexicanos considera que la corrupción ha generado las mayores injusticias. 

Por ello, acabar con ella es uno de los grandes logros de su régimen. La tarea más importante que, desde mi juicio ha realizado, además de terminar con la corrupción, es desarrollar el sur sureste del país, esa región de México que estaba completamente olvidada por los gobernantes. Era la parte más abandonada y su miseria, era casi un atractivo turístico. Tal parece que nos orgullecía ser los más pobres, los más violentos, los más ignorantes. Desgraciadamente los gobernantes se enorgullecían de ser los más corruptos. La mezcla era fatal: un pueblo ignorante y violento y gobiernos corruptos y cínico.  

El binomio no se ha roto, pero se han mitigado los excesos y las inversiones federales fluyen a las obras públicas, ahora casi sin intermediarios, lo que nos asegura que algo se está haciendo. El Tren Maya será sin duda, un detonador formidable económico, lo mismo el saneamiento del Istmo del país, el mejor funcionamiento de los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos serán sin duda un atractivo para la inversión y generadores de empleo. La cara de satisfacción del AMLO y la pobreza de los argumentos que utilizan sus enemigos para atacarlo son la mejor prueba de los éxitos que tiene este gobierno.  

Por si fuera poco, la aceptación a sus propuestas, sus intervenciones y el trato de igual a igual que sostiene con los otros dos mandatarios de América del Norte terminan de purgar a sus detractorcitos que se han quedado sin argumentos. Les parece sorprendente que el Plan Sembrando Vida, lo haya adoptado el gobierno americano para tratar de solucionar los problemas de la migración de Centroamérica y que se haya destinado varios millones de dólares para parar la migración. Su propuesta sobre la unidad de los tres países de Norteamérica para frenar a China sorprendió a propios y extraños y aunque la declaración nos une más  a la economía de los Estados Unidos y nos hace más dependientes de los Estados Unidos, en este momento de la historia, es lo mejor que podemos hacer. La unidad económica por motivos geográficos está determinada  en términos históricos.

Poco ortodoxo en sus métodos, AMLO, ha sorprendido a propios y extraños, Los pobres de México están agradecidos de tener, como no había sido desde hace más de 50 años, un gobernante que piense en ellos, que su lema sea: Por el bien de México, primero los pobres. Los productores y comerciantes no han visto caer sus negocios honrados, los que manejaban la corrupción están desesperados. El país tiene ya un impulso propio que nadie puede parar, ni siquiera la pandemia. Llegamos al tercer año de gobierno en paz, saliendo de la crisis de salud, optimistas del desarrollo y con las discusiones y problemas ideológicos que debe de tener cualquier pueblo que se precie de democrático.  

Vamos bien, los pobres un poco mejor y  los ricos siguen igual de ricos. 

Oaxaca y sus futuros  

De todos los que se inscribió él o la que va a ser, ya lo sabe. Y ya está pensando en el gabinete. La política es tan clara cuando hay un director general que sólo los ciegos no la ven. Pero en fin, hay que hacer un poco de juego político para que se piense que estamos en una democracia.  

Yo creo que estamos ante una posibilidad real de mejorar nuestra economía, nuestra posición en educación y en general nuestro nivel de desarrollo. La iniciativa privada, los particulares han hecho un gran esfuerzo para aprovechar las inversiones gubernamentales  y han mejorado considerablemente el aspecto y la limpieza de la ciudad, nos queda el problema del desempleo que se traduce en vendedores ambulantes que para unos desquician la ciudad para otros es folklore. Habrá que verlos como un negocio que son que controlan pocas manos, dan empleo a muchos y disfrutan unos cuantos.