Abandonados, expuestos a la intemperie y, recientemente, a las lluvias, decenas de inmuebles en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca se caen a pedazos desde hace varios años. Al menos eso se observa en las fachadas de 52 construcciones ubicadas en el polígono del Centro Histórico, en arterias como avenida de la Independencia o las calles de Colón, Fiallo y Reforma.
Son “inmuebles en mal estado” y pasar junto a ellos usando la banqueta es un riesgo para peatones, quienes en algunos casos deben bajar al arroyo vehicular o cambiar de acera.
Debido al alto riesgo de colapso de sus fachadas, algunas de estas propiedades particulares cuentan con una lona o leyenda que advierte del peligro. En otros casos, como señala Protección Civil Municipal, se ha tenido que recurrir al acordonamiento de al menos cinco. Con las lluvias de la temporada y por el material del que están hechas, varios presentan más riesgos de caída.
La mayoría son inmuebles catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y ello obliga a sus propietarios a ceñirse a varias reglas para poder ejecutar alguna intervención.
“Muchas veces los propietarios no quieren intervenirlos porque esperan a que se caigan solitos porque el INAH no los deja demoler y construir algo más moderno”, cuenta Dalia Bernardino Cruz, jefa del Departamento de Normatividad y Gestión de Riesgos de la Subdirección de Protección Civil Municipal.
De acuerdo con el censo realizado en agosto de 2017 por esta área, en el Centro Histórico de la ciudad existen 51 inmuebles en mal estado, una clasificación dada a aquellos con alto riesgo de colapso de sus fachadas. Aunque la cifra llegaba a casi 350, aunque el resto tenía un bajo o medio riesgo.
“Como son inmuebles particulares no se pudo ingresar para revisar si la totalidad del inmueble está en alto riesgo” —señala Dalia Bernardino— quien agrega que los riesgos están dados por factores o condiciones como: el tratarse de casas antiguas de muros de adobe o cornisas de canteras que no han tenido mantenimiento.
Estos inmuebles, por lo general están deshabitados y abandonados, por lo que no han tenido intervención alguna, refiere Bernardino, quien señala que esta condición de mal estado o de riesgo de colapso se da mayormente en esta parte de la ciudad.
En otras zonas —explica— los propietarios no están “tan restringidos por la normativa”. Pero en el Centro Histórico, incluso el apuntalar un inmueble con riesgo conlleva acatar diversas disposiciones.
El censo de 2017, señala la jefa del Departamento de Normatividad y Gestión de Riesgos, era una acción preventiva y de identificación de riesgos de parte de Protección Civil, pues corresponde al INAH invitar a los propietarios de inmuebles a intervenir estas construcciones y evitar el avance del deterioro. Y, por ende, del riesgo a la sociedad.
