Sin la cantidad de turistas como los que se solía ver hasta hace un año en diciembre, Rodolfo Nogales prácticamente perdió la oportunidad de conseguir un recurso adicional. Aunque no será algo nuevo que aceptar. En nueve meses con la epidemia de Covid, ha visto muy reducidos sus ingresos, los que apenas son 30 o 40 por ciento de lo habitual.
“Como cualquier persona ávida de obtener recursos de manera lícita, estamos esperando esta temporada para ver la posibilidad de obtener un recurso adicional a lo que ordinariamente se obtiene”, cuenta el conductor mientras espera el turno para avanzar en una fila de más de 10 taxis estacionados.
Aunque está en uno de los sitios más concurridos de la capital oaxaqueña, Rodolfo ha esperado cerca de 20 minutos en mover su unidad hasta la mitad de la fila que pese a las salidas de otros va sumando más autos.
“Nos vamos moviendo a cuenta gotas”, apunta el chofer de uno de los sitios más longevos de la urbe, surgido en 1920. En semanas donde hasta hace un año las aglomeraciones implicaban mayores ingresos, Nogales dice que solo ha tenido “servicio doméstico”, es decir, viajes en el interior de la ciudad, mas no a poblaciones cercanas o sitios de interés turístico en las afueras de la capital.
Con el riesgo de contagio de Covid y el regreso al semáforo naranja, quien por dos décadas se ha dedicado a ser taxista solo aguarda la esperanza de obtener algo para llevar el día a día. Al mismo tiempo, se ha armado con varios frascos y botellas donde guarda desinfectante para manos y líquido para limpiar las puertas, manijas y demás partes del auto donde puede quedarse impregnado el coronavirus.
Entre su asiento y los de la parte trasera también ha colocado una barrera plástica que limpia o usa para tomar el pago por el viaje. Otros compañeros han hecho algo similar, aunque aclara que eso queda a consideración de cada conductor. En su caso, trata de proteger a sus pasajeros. Pero también a sí mismo, que en un día puede hacer un máximo de 20 viajes.
Ese cuidado, explica, va también a su bolsillo, pues al carecer de una alta demanda del servicio ha tenido que economizar sus recursos e ingresos. “Hemos tratado de reducir el gasto diario; los que podamos tener una manera de obtener recursos, hay que cuidarlo. No sabemos qué venga más adelante y desafortunadamente no vemos incentivos”.
