Jorge Huerta Romero, médico alergólogo del Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES), explicó que el asma se caracteriza por ataques recurrentes de falta de aire y sibilancias (sonido silbante y chillón durante la respiración) y afecta entre el 10 y 15% de los mexicanos. Infortunadamente al tratarse de una enfermedad crónica, no tiene cura, pero puede tenerse bajo control con un buen tratamiento.
Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche, indicó en el marco del Día Mundial del Asma, que se conmemora el primer martes del mes de mayo.
El especialista destacó la importancia de detectar a tiempo la enfermedad y atenderla de inmediato, debido a que es un padecimiento que afecta calidad de vida, la productividad, es muy costosa y ya está considerada como un problema de salud pública.
Abundó que conlleva hospitalización de forma muy frecuente, además de consultas médicas y citas de urgencias y, desgraciadamente, también ocasiona la muerte.
Refirió que el asma es una enfermedad multifactorial que empieza a temprana edad, está muy relacionada con el ambiente y la genética y, en ocasiones, va acompañada de alergia, tos, dificultad respiratoria y opresión en el pecho.
Los factores de riesgo para esta enfermedad son alergia, prematurez, infección viral a temprana edad, reflujo agudo, infección de bronquios o sinusitis, predisposición genética, obesidad, tabaquismo y medio ambiente, entre otros.
A menudo, el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, pues puede limitar la actividad del paciente durante toda su vida.
El tratamiento del asma se divide en dos partes que consisten en el rescate: cuando se tiene la exacerbación o crisis aguda, ya sea con nebulización o el uso de inhaladores, previamente recetados por el médico y el control adecuado de la enfermedad.