Diálogo entre “sargentos”
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Patrulla de Papel

Diálogo entre “sargentos”

 


Ahora que en México se está creando una Fuerza Armada donde su misión es la Seguridad Pública, entendemos que esa deberá nacer y crecer sobre terrenos nutridos con axiología. Luego entonces tendrá que dejar de lado toda ortodoxia de “laconismo” buscando aterrizar principios de “adoctrinamiento” que mucho ayudarán al buen comienzo de esa cuarta fuerza.
Para explicar algunos temas relacionados al adoctrinamiento que deberá tener la nueva Fuerza Armada echaremos mano a ciertas historias tomadas de dentro de las compañías (dormitorios) de algunas unidades del Ejército Mexicano sin importar que se trate de Batallones o Regimientos pues la doctrina básica de una Fuerza Armada es la misma.
Con la historia que ahora contaremos explicaremos el concepto de -la vieja escuela-cuando esa es sujeta al escrutinio de las -nuevas generaciones-.
Vamos entonces:
El Capitán Comandante de la compañía llegó acompañado de un sargento; -esta será tu cama y este es el personal de tu pelotón- 11 soldados incluidos 2 cabos vieron al que sería su comandante y con gestos sólo perceptibles entre los soldados le mostraron respeto.
Justo enfrente de esa hilera de camas y soldados estaba otra igual y por ende la misma cantidad de soldados y al frente de esos, otro sargento.
-Sargento, dijo el capitán dirigiéndose al joven suboficial que llegó con él. -Le presentó al sargento Gonzalo Zaragoza, quien además de excelente soldado es el sargento decano de esta compañía- El oficial camino hacia la puerta y casi al salir agregó -El sargento Zaragoza es de “la vieja escuela”- y desapareció detrás de la puerta.
Juan Soler Altamirano, nombre del sargento recién llegado le tendió la mano a Gonzalo, los sargentos se saludaron y cuando el recién llegado puso sus pertenencias sobre su cama susurró -así que de la vieja escuela ¿eh?-
El sargento Zaragoza dejó lo que estaba haciendo; volteó a ver al joven soldado (Zaragoza tenía 45 años mientras Soler tenía 25 años) y sin dejar de hacer lo que estaba haciendo comenzó a hablar.
-¿Que es la vieja escuela? es una pregunta muy escuchada en los cuarteles.- Zaragoza siguió hablando.
-La tropa nueva dice que somos obsoletos; nosotros somos de aquellos días cuando no existían las oficinas de Derechos Humanos; fuimos entrenados de manera distinta- mientras la voz sonaba el rostro de Zaragoza proyectaba claridad.
-Gonzalo Zaragoza siguió hablando -nosotros operábamos sobre la tierra cuando no existían rodilleras ni coderas, cuando, para hacer rappel bastaba una eslinga y un candado…- Gonzalo no se daba cuenta pero los dos pelotones estaban atentos de la catarsis del “viejo” sargento quien siguió hablando:
-Cuando yo comencé mi carrera no había botas térmicas y con nuestra simple manga hacías un vibac… El curso de anfibio sólo necesitabas un snorkel y visor-
La voz de Zaragoza comenzó a llegar más lejos
-Para guiarte en la sierra solo contabas con tu vieja brújula, saber lectura de cartas e incluso conocer un poco del mapa celestial- más de 4 pelotones en la compañía escuchaban- Zaragoza continuó:
-No había GPS… No había tienda de campaña…
No existía junto a ti alguien dándote coordenadas, viento “clicks” etc., etc. para ser buen tirador sin tantas maromas con una mira hacíamos maravillas… -Aca Gonzalo Zaragoza ya sabía que tenía la atención y por ello fue más directo-
-¡Todo se lograba a base de tamaños, ingenio y habilidad…! Sin tanta tecnología lográbamos las misiones. Era la época cuando el soldado de primera tenía mando. Se respetaba el reglamento deberes y obligaciones a raja tabla o incluso con el uso de la misma- una risa general se subió hasta el techo del dormitorio; el de las dos cintas continuó.
-He visto quienes se mofan de nuestra edad, pero caray para nosotros es un logro haber llegado a esta edad. A otros he visto partir…sin poder decir adiós a su familia o seres queridos-
Para cuando el sargento Zaragoza había llegado a este punto ya tenía la atención de más de 90 soldados dentro de ese “hogar llamado compañía” y continuó.
-La vieja escuela somos quienes ingresamos por deseos de vernos uniformados, quienes presumíamos hasta ya siendo aún reclutas nuestras guerreras al salir francos.
¡Y como no lucirla! si desde recluta te inculcaban caminar erguido, sacar pecho, clavar tacón andar bien boleado aún de paisano, bien planchado y pulcro; por cierto, la mayoría siendo niños, aun así, quizás y con estudios escasos pero llenos de ilusiones por el uniforme…- a estas alturas la voz de Zaragoza tenía atrapados a todos los que escuchaban-.
-Todos vivimos experiencias distintas pero similares quizás…- dijo el sargento
-Lloramos, reímos, cantamos, fracasamos y asimilamos para volverlo a intentar hasta lograr pasar un ejercicio, le dimos ánimos a alguien así como también los recibimos…
Adiestrados en el rigor de sargentos veteranos, forjados en la misma escuela que nosotros.
Somos de la vieja escuela los que traemos recuerdos con el tiempo de esos ayeres en la sierra, en el batallón, en las compañías o barracas…
Cuantas historias hay aún grabadas que al ver una foto nos llevan de la mano a ese día y sonríes o lloras, ¡quién sabe!
Las historias de esas fotos…
Sólo nosotros los que vimos a un caballo, o las siempre ingeniosas bromas de hermanos (mayores) de armas, sabemos lo que es “ser de la vieja guardia”
Cuando una foto era para posar con tu arma y no para una selfie…- más risas-
-Y no, no estamos traumados, simplemente estamos orgullosos de quienes fuimos ayer… Gracias al ejército, somos hoy día hombres de bien…- en este momento Zaragoza ya le estaba hablando directamente al joven sargento, ese que murmuró entre dientes “la vieja guardia”- Juan Soler extendió la mano pero Zaragoza lo que hizo, antes de aceptar el saludo civil, alzó el imaginario yelmo de su cara y con ese arriba construyó el saludo militar,-
Sé, estimado lector, que excedí el tiempo que había usted programado para esta lectura y agradezco que llegara hasta este párrafo, el punto es que, aquí en el Think Tank calificamos lo necesario que será que está 4ta Fuerza Armada genere su propia historia.
Último patrullaje.- Ahora, para un militar “la doctrina” es, aquel legado histórico …cultural, que les ha venido dejando los de la “vieja guardia”, esa que les trasmitió en forma de rituales, costumbres y ceremonias y que les resalta sus valores y les tatúa en la piel del alma (sic) la identidad militar.
Balazo al aire.- Recordando a “Gonzalin”
Gregoria.- Un “sargento” es, un león que ya comió pero que al verlo sabemos que no queremos estar ahí cuando tenga hambre.
Oxímoron.- Opaco pero brillante
Haiku.- Día lleno de vida,
hay un “sí”
trazado por tus deditos.