Susurros a Borges
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Susurros a Borges

 


“El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo”
-Jorge Luis Borges.

El pasado 24 de agosto Jorge Luis Borges se cumplieron 120 años de que el mundo vio nacer al escritor argentino que creó su obra con una genealogía hacía atrás y modificó nuestra concepción del pasado, del representante de un espécimen de humanidad en vías de desaparición que encarna la paradoja de un sedentario sin patria intelectual, de un aventurero inmóvil que se encuentra a gusto en varias civilizaciones y en varias literaturas, un monstruo magnifico y condenado según palabras de Emil Cioran. Una primera manera de hablar de Borges es hacer un recorrido sobre sus piezas e ideas fundamentales: los laberintos que dibujo para sí mismo y para los escritores que seguirían sus pasos. La manera de referirse a sus ensayos exige un pequeño desglose de la forma en que traza su universo, para poder dirigirnos a la matriz ensayística de sus relatos, pues en efecto, una buena parte de la ficciones de Borges parecen proceder, más que de inspiraciones narrativas, o de una pre configuración de tramas y personajes, de alguna clase de razonamiento teórico: en el principio fue la idea. Así es pues, que Borges identifica un tema, estudia sus variaciones de forma científica pero más histórica que científica, en razón de que vislumbra reencarnaciones o “avatares” en literaturas y épocas diversas, para que finalmente como una desencantación, o como toque personal, deslice su propio relato. Como un ejemplo podríamos tomar el Aleph que procede de una inquietud en principio abstracta que comunica a Estela Canto: la de escribir un cuento sobre un lugar que es todos los lugares. Jorge Luis Borges, nacido en 1899, recibió una rica y académica por parte de sus padres, y creció en un hogar donde se hablaban por lo menos 3 idiomas. Durante su juventud viajó y estudio por Europa, residió en España algunos años, para luego regresar a Argentina, donde comenzó a participar en revistas literarias y escribió principalmente, poesía de corte histórico o nacionalista. Para 1930 comienza a sufrir los efectos de una enfermedad hereditaria que acabaría por producirle una completa ceguera, a pesar de su enfermedad Borges no dejó de escribir ni de trabajar en la Biblioteca Nacional. A partir de 1955, Borges se dedica al relato corto, donde explotaría todo su genio y que se convertiría en el campo donde sería universalmente reconocido. Los premios y galardones recibidos por Borges son innumerables, y entre los que cabe destacar se encuentran el Premio Nacional de Literatura de 1957, el Balzan de 1980 y el Premio Miguel de Cervantes de 1979. Además de creador, Borges destacó como traductor de diversos clásicos desde que era un niño, por ejemplo, la obra magna del poeta Walt Whitman, “Hojas de Hierba”. El día que murió Borges, hace ya 33 años, muchos periódicos consideraron que era una noticia más grande la de Maradona anotándole un gol a la selección de Corea, en pleno mundial de México 86 o quizá nadie supo y/o pudo explicar con palabras su ausencia. O tal vez nadie quería pensar en cómo se sentiría caminar en un mundo sin Borges.