STEUABJO: Oportunismo faccioso
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Editorial

STEUABJO: Oportunismo faccioso

 


Una gran indignación popular ha generado el chantaje desplegado por el corrompido Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (STEUABJO), que lidera Fernando David López Cruz. Dispuesto a boicotear con sus pocos seguidores los festejos de julio, la semana anterior cerró las instalaciones de la UABJO y Avenida Universidad. Empecinado en lograr las prebendas que de manera ilegal y extra universidad ha obtenido, el viernes pasado cerró las principales del Centro Histórico sin que autoridad alguna lo llamara a cuentas. ¿Pero cuál es la exigencia de este dirigente cuestionado y señalado de servir a intereses ajenos a su gremio? El pago de un bono que presuntamente les ofreció la Secretaría General de Gobierno, para que no se movilizaran. Es decir, un pago para evitar su chantaje tradicional. No es pues una prestación o compromiso de corte laboral al que su gremio tenga derecho, sino una prebenda negociada detrás de la puerta y dinero que no les compete al Estado aportar. El STEUABJO revela la descomposición de la vida de los sindicatos que exprimen el magro presupuesto de nuestra Alma Mater.
Hace al menos un par de meses, prestándose al rejuego político, López Cruz emplazó a huelga a la UABJO, cerrándose a cualquier negociación lo que representó una pérdida de clases por 26 días. Hoy no tiene argumentos para emprenderla en contra de la rectoría, sino que la ha tomado en contra del gobierno estatal a través de una demanda oscura e ilegal. El aludido no se aparta del esquema de ese oportunismo faccioso que caracteriza a los de su calaña. Centaveros, cínicos y convenencieros. Sabe que durante los festejos del mes de julio hay una importante afluencia de turistas del país y el extranjero que le dan vida a la industria sin chimeneas, de la que viven miles de familias oaxaqueñas. He ahí la forma en que sujetos como éste se siguen cebando sobre la imagen y la economía local. Lo que mucho nos sorprende es que se le permita jugar de esta forma con uno de los únicos alicientes económicos de la entidad: el turismo y lucrar a su beneficio, con las tradiciones y festejos de esta temporada. Sorprende pues la beligerancia y la impunidad con la que actúan, sin que ninguna autoridad les ponga un alto. En cualquier otro estado del país, ya lo hubieran puesto fuera de la ley. Debe responder del daño que ha ocasionado.

¿Cuál protocolo policial?

Existe en México una tendencia torpe de los gobiernos en sus tres niveles, en pretender imponer durante una gestión determinada, como distintivo, los colores del partido que los llevó al poder. Así fue con los tres colores patrios durante la larga hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) o ponderar el color azul durante los dos gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN). En el régimen de Gabino Cué, quien fuera efímero titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPO), Alberto Esteva Salinas, él mismo proveniente del Partido Movimiento Ciudadano (MC), pretendió pintar patrullas y demás elementos, con el color anaranjado. Incluso dejó como muestra de su torpeza, paredes pintadas con consignas morales y valores, en el que se privilegiaba el color del partido de su procedencia. O tal vez recordar que durante el mandato como gobernador del estado de Ulises Ruiz, las placas de los automóviles tenían un motivo tricolor. Ello es un mensaje subliminal como le llaman los psicólogos, que impacta de manera brutal a la ciudadanía, sobre todo en los procesos electorales, cuando la gente tiene fijación sobre colores o símbolos.
El problema es cuando dicha acción rompe con los protocolos establecidos por ley en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, y se sustituyen los colores de las patrullas de manera arbitraria. En realidad se desconoce si el gobierno municipal de la capital oaxaqueña, que preside Oswaldo García Jarquín, no tiene asesores en materia de seguridad, que le hayan orientado respecto a cumplir dichos protocolos y no hacer entrega de equipo terrestre, con los colores rojo óxido con el que se pintaron las patrullas de la Policía Municipal, tanto camionetas como motocicletas. Que son los colores del partido que lo llevó a la silla municipal. La crítica ciudadana considera dicha situación una torpeza más del edil y de su equipo de trabajo. Apenas la semana pasada se dio un paro policial con la toma de las oficinas municipales y el Cuartel Morelos. Los elementos exigían mejores tratos de parte de los mandos policiales, pero además, claridad sobre los recursos del Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad en Municipios (FORTASEG), de los cuales poco se sabe. Ahora ya sabemos en qué se gastó parte de los mismos. Esperamos que por el bien de la ciudadanía y la confianza en las instituciones pronto sea corregida esta aberración y declarada torpeza.