Los aranceles: ópera bufa

¡Qué jalada de la Sheinbaum! Niños con falda. Si no estamos en Escocia
-El Mapache guasón

Dentro de la anunciada y tolerada desde hace meses inmigración de Centroamericanos, surge una suerte de situaciones anómalas en el gabinete del señor Presidente López Obrador.
Me refiero a la actuación “brillante” de Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno Federal, en el affaire de la “crisis” de los aranceles y los acuerdos secretos, inexistentes, que anuncia el señor Donald S. Trump, quien un día sí y el otro también, nos canta una ópera bufa, en la que él es el bajo, Marcelo el tenor y el escenario las frontera de México, tanto la sur como la norte y en donde los coros están a cargo de hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, cubanos y hasta afroamericanos de Camerún, Congo y eritrea.

El director de la necesaria orquesta sinfónica es el señor Presidente López Obrador.
Así las cosas, las facultades de la Secretaría de Gobernación y del Instituto Nacional de Migración, pasan al bote de la basura y se crean comisiones al mando del canciller Ebrard, violando las leyes de la materia.
Acaso, me pregunto, ¿se inicia un largo destape?
Por el contario:
¿Se está inflando un globo para luego desinflarlo o tronarlo con piquete de alfiler hecho con acero de Macuspana?
No lo sabemos, pero una cosa es cierta: no se recuerda en la historia reciente de México, un caso similar en que se otorguen todas las facultades de una secretaría, al secretario de otra.
Como primera reacción, Porfirio Muñoz Ledo ya critico los hechos, y paralelamente presento su renuncia al cargo de Director del Instituto Nacional de Migración, el señor Tonatiuh Gutiérrez López.
Corre la especie que no es una renuncia sino un cese.
Todo es posible, pero no se puede negar que se está haciendo a un lado a Doña Olga Sánchez Crdero y al subsecretario Alejandro Encinas.
Por si fuera poco el desorden, la señora Sánchez Cordero ha manifestado que Toantiuh tendrá otro puesto en Gobernación-
Como sea, estamos en tal situación que parecemos si no títeres, sí piñata de Trump, quien a base de tweets nos tiene en un puño, y nos hemos convertido en la bandera que enarbolará en su campaña electoral camino a la reelección.
Yo también soy pueblo.
Por allí nos encontraremos.