Periodismo bajo fuego
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Editorial

Periodismo bajo fuego

 


El penoso y grave incidente de censura, que el periodista Jorge Ramos Ávalos de la cadena Univisión de Estados Unidos, y colaboradores, padeció en Venezuela, el pasado lunes en Venezuela, que llevó consigo el decomiso de material gráfico y el propio equipo técnico, puso en alerta a las diversas organizaciones no gubernamentales de América Latina, que defienden la libre expresión, los derechos humanos y la libertad de prensa, ello sin contar con la reprobación de la prensa mexicana que como dice el dicho, ya vimos las barbas del vecino cortar y pusimos las nuestras a remojar. En efecto, como bien lo documentó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el lunes 25 de febrero, la cadena Univisión denunció que su equipo desplegado en Caracas había sido retenido de manera arbitraria por orden de Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano. Los hechos sucedieron en medio de una entrevista en la que Maduro se molestó por las preguntas y la muestra de un material video-grabado, en la que se observaba a dos adolescentes extrayendo comida de un camión de basura.

Ante la gravedad de los hechos, diversas organizaciones suscribieron una carta de protesta en la que subrayan que la detención constituye una violación grave a la libertad de prensa y afecta el derecho a la libertad de información en el desarrollo de hechos que son de interés global. Y es que por lo menos 19 periodistas han sido detenidos en Venezuela durante 2019, lo que confirma un patrón de desprecio a los valores democráticos por parte de Nicolás Maduro, donde la restricción a la libertad de los periodistas es utilizada como mecanismo de chantaje en el marco de la crisis que atraviesa ese país. La actitud del presidente venezolano se agrava al ocurrir en el curso de una entrevista con el mismo Nicolás Maduro y en la sede histórica del gobierno venezolano, más aún, con el decomiso del material periodístico, incluyendo cámaras y teléfonos celulares, que configura un acto de censura continuado en el tiempo hasta tanto no se proceda a su devolución. Ramos Ávalos y equipo de Univisión han recibido la solidaridad de la prensa mundial y, particularmente, la de Estados Unidos y Latinoamérica. Sin duda alguna, los momentos que estamos viviendo en México, como decimos antes, nos ponen en alerta respecto a vivir, en el futuro, una situación similar. La SIP y las diversas organizaciones solidarias, convocaron a sumar esfuerzos solidarios y de unión con el fin de mantener a la comunidad internacional informada sobre lo que sucede en Venezuela.

Obras a medias

Algunas de las cosas que más ofenden a los oaxaqueños son las falsas promesas, sobre todo las que vienen de la autoridad. Quienes gobiernan deben tener el decoro o la prudencia de no excederse en ofrecer lo que de entrada no van a cumplir. Se entiende que en temporadas de campañas políticas todo es válido. Se ofrece el oro y el moro. Pero en funciones, hay que tener la sensibilidad necesaria para analizar los temas, objeto de las promesas y rectificar cuando es necesario. Un ejemplo: durante la campaña política del gobernador Alejandro Murat, éste insistió una y otra vez, que las carreteras a la Costa y al Istmo, viejo anhelo de los oaxaqueños, serían concluidas en quince meses. La confianza se centró en que dada su cercanía al ex presidente Enrique Peña Nieto, con certeza destrabaría los recursos para dichas obras. Han pasado dos años y 3 meses y las obras siguen en las mismas: sin avanzar un solo kilómetro. Esto es, hubo una promesa fallida y no se cumplió a la ciudadanía. Jamás se ha rectificado dicho fracaso, sino que una y otra vez vuelve el tema a los medios, para insistir en que dichos proyectos van de nuevo.

Hace unos meses se mencionó el caso de los Libramientos Norte y Sur. El primero, abandonado desde hace al menos cuatro sexenios y el segundo, sólo un proyecto que no termina de concretarse. Ni uno ni otro han caminado. Se ha mencionado la construcción de un Centro Cultural en el mismo espacio en donde funcionaba el Teatro “Álvaro Carrillo”, espacio que sería demolido para dar lugar a otro más funcional y moderno. Tampoco se ha avanzado un ápice, ni siquiera se ha procedido a demoler una pisca para dar lugar al nuevo proyecto, que hasta director ya tiene: Ignacio Toscano. Se mencionó recientemente la ampliación del Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, sin que se sepa en dónde se ubicaría dicha obra o, al menos, si se construiría en otra parte. En todo este entorno de promesas falsas y recurrente demagogia, no hay por otro lado, intención alguna de enmendar o corregir, sino que se vive en una eterna mentira, en medio de una sociedad sorprendida y molesta, que sigue a pie juntillas la consigna de que cuando no se puede, es mejor no hablar. Hay centenas de obras: hospitales, puentes, caminos, etc., que están a medias, ¿por qué no se terminan en lugar de ofrecer nuevas obras?