Fuertes lluvias y malas obras
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Crónicas Oaxaqueñas

Fuertes lluvias y malas obras

 


La temporada de lluvias llega cada año a partir de agosto y de septiembre a noviembre se sufren los estragos, definitivamente aun no estamos acostumbrados a hacer vida normal con lluvia como sucede en países europeos o sudamericanos ya que ahí sacan sus impermeables, botas, sombreros y paraguas y siguen adelante con su vida normal, aquí en cuanto llueve toda actividad se muere.

El vivir en un lugar tan privilegiado en cuanto al clima, te permite utilizar la misma ropa y zapatos durante todo el año, si hace un poco de frio con una sudadera o una chamarra lo resuelves, la mayoría de los ciudadanos no tiene ropa especial para cada una de las estaciones del año porque aquí no se remarcan como en otras latitudes.

En Oaxaca, en cuanto llueve de inmediato se deshace el pavimento de calles y carreteras, es imposible hacer vida normal, ni para transitar en vehículo ni para salir caminando, los charcos con barro están por todos lados, se corre el gran riesgo que pase un automóvil pisando agua que sale disparada embarrando irremediablemente la ropa, ¿quién va a salir con tranquilidad a caminar o hacer ejercicio con lluvia?, pues nadie a menos que debas hacerlo.

¿Pero por qué se deshace el pavimento y ninguna de las autoridades dice nada? simple y sencillamente porque se destaparía la caja de pandora y mucha gente va a salir embarrada, a diferencia de otras partes del mundo, aquí la obra pública está muy mal planeada y peor ejecutada, la corrupción es galopante, qué bueno que le van a quitar a los diputados la discrecionalidad de asignación de obras, quienes tienen constructoras te dicen que ya no se conformaban con un 20, pedían hasta un 30% y por adelantado para otorgar contratos.

De por sí la construcción en Oaxaca es más cara que en otros estados del país, siempre se le achacaba a los fletes el sobreprecio, la verdad es que no es cierto necesariamente, uno de los principales factores que incrementan los costos son los sindicatos, al haber dos o tres con el poder que el gobierno les permite, extorsionan al constructor para que firme con ambos porque si da la exclusividad a uno el otro le para la obra con bloqueos ilegales sin que nadie lo defienda.

Si la obra es en una comunidad, aparte de la mochada del diputado o del funcionario que asigna la obra, hay que caerse con apoyo para la autoridad municipal, además de ese efectivo hay que realizar obras para la comunidad no contempladas, arreglar el mercado, cambiar las luminarias, pavimentar el parque o un interminable etcétera de opciones ya que las necesidades son infinitas.

Hay que agregarle otro poco para el supervisor que autoriza las estimaciones, regalos para quien trasmita las facturas, otros para quien paga, pues entrega el cheque y eso también requiere un esfuerzo, cada secretaria, cada asistente, cada persona que participa en un proceso, espera que se le reconozca y se le lleve un presente al menos a fin de año, no se imaginan ni les importa cuánto cuesta la suma de todo ese esfuerzo.

Adicionalmente está el costo en sí de obra, si no se repartió el apoyo descrito, no fluye el dinero y todo se detiene, no se paga oportuno a los proveedores de materias primas y dejan de surtir o se pierden los descuentos de pronto pago, esto encarece por supuesto la obra, por lo tanto, con este exceso de indirectos y gasto oculto, ¿cómo se puede ganar algo de dinero? pues bajando la calidad de la obra, todo es una mugre pintada para parecer que es de calidad y entregarla.

Como parte del proceso licitatorio hay que presentar dos fianzas, una de cumplimiento y otra contra vicios ocultos, cuyo costo también es considerable, pero, ¿por qué nunca se exigen a cobro estas fianzas si las obras se deshacen como algodón de azúcar entre los dedos en la lluvia? pues porque quien tendría que hacerla exigible también recibió una parte de la tajada y podría verse involucrado.

Mejor que aguante el pueblo la incomodidad de transitar por cráteres llenos de lodo aunque se lastimen suspensiones y llantas de los automóviles, total, se tramita una nueva partida para volver a pavimentar, al final de cuentas volverá a dejar un ingreso para muchos, pero dígame usted, que economía de un estado o de un país aguanta esto, pues definitivamente ya no, se han derrochado y malgastado los recursos inmisericordemente.

Que miopía tan grande y que egoísmo tan acendrado, al ser parte de la corrupción se está frenando el desarrollo y el progreso para todos, si la infraestructura de un país funciona correctamente, la liquidez de los negocios fluye para seguir creciendo, generando empleos y riqueza, el traslado oportuno y a bajo costo de personas y mercancías permite que los precios bajen, solo que con los caminos hechos pedazos eso es imposible.

Las escenas de heridos y damnificados debido a las lluvias se suceden en todo el estado, un tristeza ver Huatulco deshecho por la caída de agua, con vehículos arrastrados, incluso uno detuvo su carrera a medio campo de golf en Tangolunda, parte del problema para el pésimo desalojo del agua, independientemente de la baja calidad de obras, es que la gente aprovecha las primeras lluvias para tirar al arroyo todo lo que considera basura por estar muy viejo, refrigeradores, colchones, llantas y lo que le estorbe.

La esperanza de los mexicanos es que este próximo primero de diciembre se acabe milagrosamente la corrupción y mejore el país, por supuesto que se incluye un poco de sorna pero en el fondo ese deseo es completamente cierto, hay que hacer algo para cambiar lo que pasa y por fin salir adelante, con un poco de conciencia y esfuerzo de todos los que tienen en sus manos la asignación de los recursos de obra pública piensen en el México que le vamos a dejar a nuestros hijos, en pocos años seríamos una potencia mundial.

Los comentarios continuarán la próxima semana.

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