La educación indígena
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Toltecáyotl

La educación indígena

 


Para Azael Santiago Chepi

La llamada “Educación Indígena”, no es tal. Durante tres mil años, en el Anáhuac, existió, el primer sistema de educación, obligatorio, público y gratuito de la humanidad. El mismo que en 1521, se empezó a destruir. En efecto, se destruyeron los telpochcalli, cuicacalli y calmécac, se asesinaron a sus maestros y se quemaron sus códices. El conquistador-colonizador sabía, y sigue sabiendo, que, sin la educación ancestral, el invadido queda permanentemente vencido.

La “Educación Indígena” comenzó en 1533, a través de los frailes franciscanos. Fue fray Arnaldo de Bassacio, el que comenzó la enseñanza de gramática latina dada en lengua española a los indígenas. En 1536 empieza a operar el Colegio de La Santa Cruz de Tlatelolco y apenas duró 50 años. Ya que los españoles se asustaron al darse cuenta de la capacidad académica y manual de los estudiantes indígenas, que en poco tiempo igualaban y en algunos casos, superaban a sus maestros. Esto se explica, porque ellos tenían generaciones de ir a la escuela, mientras que los españoles no habían tenido un sistema de educación pública. Los alumnos indígenas aprendieron en muy poco tiempo a hablar, leer y escribir el latín, el castellano y empezaron a escribir la lengua náhuatl. Razón por la cual, los colonizadores mandaron cerrar el colegio.

No se volvió a tener “educación indígena”, hasta 1921, cuando la Cámara de Diputados, recomendó al nuevo Secretario de Instrucción Pública, don José Vasconcelos Calderón, que a los dos departamentos que presentó como propuesta (Educación Básica y Educación Artística), le sumara el departamento de Educación Indígena. El “modelo educativo” para los niños y jóvenes indígenas, desde 1533, -ha sido y sigue siendo-, “educarlos e instruirlos en la cultura dominante”. Es decir, “cristianizarlos, castellanizarlos, occidentalizarlos, modernizarlos y ahora, globalizarlos”. Jamás, ni remotamente, se ha pensado en educarlos en los “valores y principios ancestrales”, de su Cultura Madre, y menos, instruirlos, en sus conocimientos milenarios, producidos a lo largo de más de siete mil años. La historia, filosofía, matemáticas, astronomía, ingeniería, agricultura, zootecnia, medicina, por citar solo algunas ciencias, en dónde, la Civilización del Anáhuac, ha dado aportes trascendentes a la cultura planetaria, como la invención del maíz a través de ingeniería biogenética y que hoy es el grano más sembrado en el mundo. O la invención del cero matemático antes que cualquier civilización, o la invención de la primera calculadora del planeta conocida como Nepohualtzinzin, o la cuenta perfecta del tiempo a través de la astronomía y las matemáticas, en donde, integraron cinco medidas astronómicas que se ensamblaban unas con otras de manera perfecta y exacta, a través de la medición del movimiento de la Luna (260 días), del Sol (365.2520), de Venus (584 días), Las Pléyades (52 años) y la Cuenta Larga, es decir, el tiempo que tarda la Tierra en darle un giro al centro de la galaxia (25625 años). Para la cultura dominante, los “indígenas”, no tienen conocimientos o sabiduría que aportar a su “mundo colonizado”, que siempre ha copiado a Europa y ahora a EU.

La llamada “Educación Indígena”, en México, es un engaño, y una forma de seguir colonizando y sometiendo a la esclavitud, a los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos. Los contenidos educativos son los mismos que se enseñan a los niños urbanos no indígenas. Los profesores del nivel de Educación Indígena, desconocen la historia, filosofía y cultura de la civilización del Anáhuac, una de las seis más antiguas de la humanidad. Los docentes, en muchos casos, no hablan una lengua Madre, y cuando la hablan, los ubican en una región en la que no se habla la que ellos conocen. Pero, sobre todo, los docentes de este nivel, casi en su mayoría están totalmente colonizados, -y hacen ver-, a sus alumnos con su ejemplo, que “la educación” es una forma de dejar de ser indígena. Rechazan y reniegan las lenguas y culturas indígenas, desconocen los valores, filosofía, historia y cultura de los pueblos originarios. No tienen capacitación, libros y asesoría, en estos valiosos conocimientos, que podrían empoderar y dignificar al estudiante indígena, al conocer y sentir orgullo de su pasado.

Resulta un imperativo de justicia y de democracia, restituir la memoria histórica y la identidad cultural ancestral en los estudiantes indígenas. No puede y no debe la SEP y el IEEPO, seguir con la acción colonizadora con la niñez indígena de México y Oaxaca. La educación indígena debe dignificar, potenciar y fortalecer la auto estima de los niños. En general en México, la educación no garantiza la movilidad social, pero en particular, para los niños y jóvenes indígenas, el Mercado les tiene cerradas las puertas para lograr obtener un trabajo digno y bien remunerado. Lo menos que puede hacer la Educación Indígena, es descolonizar las mentes y corazones de los niños y jóvenes indígenas, para que tengan una vida con dignidad. El alumno Benito Pablo, un niño zapoteca, a principios del siglo XIX, nos demostró, que la educación es lo único que puede cambiar el destino de un ser humano. Esta epopeya, es un legado inspirador, que nos debe iluminar para mejorar la educación en Oaxaca, el estado con mayor número de pueblos originarios del país. Lo difícil no es hacerlo, sino imaginarlo.

Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org