Elecciones para senador en Oaxaca: sólo trámite
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Elecciones para senador en Oaxaca: sólo trámite

 


En Oaxaca un proceso electoral, solo de trámite, pues Raúl Bolaños Cacho Cué, candidato de la alianza PRI, PVEM y PANAL, al Senado de la República, lleva una delantera que nadie con mediana sensatez se atreve a desconocer.
Instalado Raúl en la preferencia electoral de los oaxaqueños, la oposición encabezada por candidatos, también en alianza con otros partidos minoritarios, no tiene posibilidades de triunfo.
Las posibilidades de los demás oponentes políticos, son tan lejanas que sus partidarios fueron obligados impulsar una fallida campaña sucia contra el candidato de la alianza PRI, PVEM y Panal. Sin embargo la campaña sucia se revirtió en los hechos.
Las infamias que publicitaron a través de diversos medios para dañar la imagen del candidato de la alianza PRI, PVEM y PANAL, se perdieron en el espacio como las flechas que no dan en el blanco. Las preferencias de los electores para Raúl aumentaron según recientes encuestas.
Los adversarios de Raúl, que también los hay muy bien disimulados, se equivocaron. No tomaron en cuenta que “Raúlillo” como ellos le dicen desde el anonimato, se arraigó en las simpatía popular por su capacidad de trabajo. Quienes conocemos el trabajo que ha desarrollado Raúl Bolaños Cacho Cué, sabemos que ganará la senaduría, por su trabajo y liderazgo que nadie pone en duda.
El PRI se fortaleció botando de sus filas a los priistas empanizados que nunca le han faltado. Sin embargo, en los últimos días muchos tricolores se empanizaron, sin siquiera ruborizarse. Los oaxaqueños vimos cómo hordas de priistas desertaron de su partido para acomodarse en el PAN. El fin justifica los medios. Eso parece enseñarnos la política a la oaxaqueña
Hace apenas unos años se decía que era más fácil tricolorizar a un panista, que empanizar a un priista, que en nuestros días los azules pierden su color original y se lanzan a las nóminas gubernamentales sin reparar en los colores. Las alianzas de partidos en tiempos electorales son ejemplo de ese tipo de burócratas chaqueteros y chambones.
Basta observar los rostros de los candidatos a la senaduría contrarios a Raúl Bolaños Cacho Cué. Son caras y gestos conocidos, algunos tan conocidos que hasta sabemos que tienen cosas pendientes con la justicia. De un color partidista o de otro, cada uno tiene su respectivo padrino para acceder al poder.
Se equivocan quienes crean que serán perdedores quienes no sean senadores, que estarán en desgracia o quedaran fuera de la jugada, nada en eso. En el estricto sentido de la categoría de apadrinados no son perdedores. Son personajes conocidos como “mil usos de la grilla”, que seguirán gozando de la protección de los mandones y acomodándose para participar en próximos comicios.
Ejemplos de este tipo de politiquillos los hay por miles, se les ve por todas partes, pero nunca fuera del presupuesto, ya sea nómina pública o privada. Pero en nuestros tiempos el pluripartidismo les proporciona un excelente caldo de cultivo para multiplicarse y reproducirse casi por generación espontánea. Su formación ideológica nada importa, basta que sean obedientes y sin escrúpulos para ser reclutados como candidatos.
Raúl Bolaños Cacho Cué, un político que ciertamente sabe trabajar a favor de la gente que menos tiene, sufre la acechanza constante enemiga de la democracia y de la justicia social.
Termino este modesto comentario, reconociendo que Raúl Bolaños Cacho Cué, de llegar al Senado de la República, tiene la oportunidad histórica de impulsar una generación de jóvenes políticos, ¡honestos que garanticen gobernabilidad para todos! Raúl tiene la palabra.

Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo!

Es mi opinión. Y nada más…
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