En torno al debate
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Opinión

Columna sin nombre

En torno al debate

 


“Ya hay cola de damnificados para recibir la donación de los apartamentos del señor Peje”
El Mapache Guasón

Después del primer debate entre los cinco candidatos a la Presidencia de la República, como que la situación se aclara un poco, sobre todo en lo relativo a la personalidad de los aspirantes.
Para empezar, El Bronco no defraudó a nadie y se comportó tal como es él, un norteño claridoso y práctico.
Además de frenar a López Obrador, sobre todo en eso de vender el avión presidencial a Trump, cuando le dijo «¿Porque estás vendiendo lo que no es tuyo?», dejó para la memoria una posición muy dura, tremendista, cuando afirmó que a los ladrones hay que cortarles la mano, ni más ni menos.
Me dio la impresión que era sincero, aunque hay que señalar que la Constitución General de la República prohíbe expresamente los azotes, mutilaciones y otras penas parecidas y que francamente son cosa de la Edad Media.
A margarita la vi bien, su lenguaje corporal muy bien ensayado, el juego de manos enérgico y su mensaje sólido sin equivocación o vacilación en ningún momento, sin embargo pasó sin pena ni gloria porque nadie la atacó y hasta parecía que no la tomaban en cuenta.
Ricardo Anaya a quien se le empieza a dar el mote de “El Nazi”, estuvo fuerte, sólido y se mantuvo en su esperada posición de atacar a López Obrador y sólo en un momento se quiso enfrascar en un pleito con Meade, que curiosamente fue el único en que el Peje sonrió, claro, le conviene que se den con tubo ambos rivales.

Pepe Meade se presentó muy balanceado en sus propuestas, aunque le falta la emoción necesaria para llegar a las masas; en ocasiones me parece un maestro universitario, bien preparado, culto y con experiencia, que da la impresión de ser el más preparado de los cinco para gobernar, aunque insisto, le falta picardía y un algo de emotividad, dado que estamos en una campaña que cada día se calienta más, o si se permite una comparación, entramos a un pleito callejero en donde las cortesías y buenos modales no cuentan.
A pesar de todo dio la nota que se ha convertido en tema post debate, cuando señaló que López Obrador omitió señalar en su declaración 3 de 3, unos departamentos en Copilco, Ciudad de México. Para mi es claro que no se le cuestionó sobre el origen de la propiedad de estos inmuebles que parece son herencia de su difunta esposa, sino el hecho de no haberlos declarado sea cual fuere su valor comercial o precio, y lo chusco es que ofreció regalar esos departamentos a Meade si probaba que eran de él. Craso error, porque Pepe Meade ha probado con documentos del Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México, que siguen a nombre del Peje.
En fin, prefiero señalar que más que un ganador existió un perdedor de ese debate: López Obrador.
Ahora se confirma que no le gusta el apodo de Peje Lagarto.
También se sabe que es nepotista, cuando se le atacó de tener en la nómina de su partido a sus hijos y hermanos, acusación de lo más cara por parte de Pepe Meade.
Finalmente, y para decepción de sus partidarios, no contestó una sola de las preguntas directas que se le hicieron, siempre se salió por peteneras.
El segundo debate del 20 de mayo próximo, a mi juicio, va a ser definitorio, y si Meade logra imponer un poco de más emoción a sus propuestas y mensajes, será muy peligroso tanto para López Obrador como para Ricardo Anaya.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.