¿Cómo mantener un museo privado? El reto del Belber Jiménez
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¿Cómo mantener un museo privado? El reto del Belber Jiménez

La falta de recursos podría hacer que sus colecciones se dispersen en museos de Estados Unidos


¿Cómo mantener un museo privado? El reto del Belber Jiménez | El Imparcial de Oaxaca
Museo Belber Jiménez.

Abierto en 2008 por Ellen Belber y Federico Jiménez, el museo Belber Jiménez se aproxima a 10 años de vida. Aunque la celebración es próxima, las situaciones adversas podrían hacer que en poco tiempo sus colecciones terminen dispersas en museos de Estados Unidos, pues mantener un proyecto como éste implica muchos recursos.

Natalia Díaz, coordinadora del museo, dice que el futuro es incierto, pero es posible que el legado del matrimonio Belber Jiménez se vaya de Oaxaca.

“Ellos deciden no tener hijos, pero éste es un hijo para ellos”, explica sobre el museo que comienza a pensarse hace 11 o 12 años, pero se concreta hace ocho.

El museo es de iniciativa privada, pues todos los gastos corren por parte de la familia Belber Jiménez. Sin embargo, la labor es complicada, añade Díaz, en tanto que las colecciones tienen ciertas necesidades, por ejemplo, la de plata, que hay que limpiar constantemente; los textiles, por su parte, son llevados de 10 en 10 a Los Ángeles, Estados Unidos, para ser atendidos.

Pero eso, añade, son procesos lentos y caros.

Aunque el matrimonio radica en Estados Unidos, explica Natalia, Federico Jiménez se ha acercado a los gobiernos para buscar apoyos, con la idea de que habrá respuestas como en Estados Unidos, indica la coordinadora.

“Él cree que las cosas son igual, que así como ven los museos en Estados Unidos, donde se va a empresas y se reciben donaciones grandes o hacen eventos y son recaudaciones impresionantes (…) acá no. En México no sucede así; en México, realmente el gobierno creo que le dedica pocos recursos al área cultural”.

Ante ello, ve complicado el futuro del museo.

Algunos murales adornan las paredes del museo.

UN LUGAR PARA CULTIVARSE
La historia del museo se relaciona con la vida de Federico Jiménez, un oaxaqueño que tuvo la ilusión de tener el museo porque cuando él era pequeño su familia carecía de recursos. “Y él decía que necesitaba en ese tiempo un museo para cultivarse y para poder salir adelante; y si él hubiera tenido esa oportunidad no hubiera tenido la necesidad de emigrar”.

Por eso, cuenta Natalia, es que abre el museo, como regalo a los oaxaqueños, con el propósito de que se cultiven y su condición de vida sea diferente.

“Él decía que todo hombre que estudia, que se cultiva, que lee, tiene un paso adelante para tener un nivel de vida mejor”.

¿DE DÓNDE OBTENER RECURSOS?
El museo es de entrada gratuita. Sin embargo, es complicado mantenerlo, de ahí que hace un par de años se comenzó a rentar los patios para eventos sociales, con lo cual se ha pagado a quienes laboran en seguridad.

“Pero es mucho trabajo y también se necesita muchísimo recurso, de todo tipo”, refiere Natalia.

El año pasado, un grupo de chefs organizó una cena a beneficio del museo; este tipo de actividades podría ser la vía en que la sociedad apoye al museo, destaca la coordinadora. No obstante, subraya la necesidad de que los gobiernos volteen a ver la cultura en Oaxaca.

A diferencia de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, que “maneja la gran mayoría de los museos y centros culturales, y es donde hay dinero, donde se ve un movimiento; aquí todo se maneja por parte de ellos (los propietarios)”, remarca.

Asimismo, que debido a la avanzada edad de los dueños, la preocupación es qué pasará con el museo. Una de las posibilidades, refiere, es que las colecciones se vayan a Estados Unidos y se dispersen en varios museos. En tanto, el inmueble que lo alberga tendría que cerrar.

“La cuestión aquí es que el museo sigue creciendo”, explica, pues el año pasado se recibieron varios textiles de parte de una coleccionista. Esto hace imposible exhibirlos.
“Tenemos aproximadamente 130 trajes completos y con esta colección que se donó el año pasado, vamos a tener 350 o 400 trajes completos”, señala.

DE SUR A NORTE Y DE LO TRADICIONAL A LO CONTEMPORÁNEO
El museo es propiedad de Ellen Belber y Federico Jiménez, ella de origen estadounidense y él mexicano. El matrimonio decide abrir el museo para mostrar a lo coleccionado en más de 40 años de vida conyugal. Así, en 2008, abre sus puertas en un inmueble colonial del centro de la ciudad.

Las joyas, trajes típicos, arte popular y otros objetos están ligadas a sus profesiones: ella, antropóloga, y él, joyero.

Las colecciones del museo se distribuyen en diferentes áreas: la de joyería (piezas de plata, principalmente, creada en México), la de textiles (de varias partes del país, pero muchos de ellos de Oaxaca), la zona de arte popular y la de objetos nativo-americanos.

A través de ellas se pueden conocer las tradiciones y lo contemporáneo de México, que se enlazan con los grupos étnicos de la frontera entre EU y México. Asimismo, las colecciones se complementan con una biblioteca que se sigue alimentando con ejemplares sobre joyería y textiles, principalmente.

El museo es fundado en el año 2008 y se ubica en la calle Matamoros 307, Centro Histórico de la ciudad.
Sus colecciones abarcan más de 50 años de coleccionismo de parte de sus propietarios: Ellen Belber y Federico Jiménez.