“El tiempo y las arenas” es el primer libro que Víctor Martínez se atreve a publicar, aunque su camino en la literatura abarca varios años y 11 discos con canciones propias. Hasta ahora, el cantautor oaxaqueño había empleado las notas musicales y el canto para plasmar su sentir y pensar, y compartirlos con el público a través de los géneros, aquellos que son “son solamente una herramienta”.
El volumen recoge las memorias personales del escritor, que van desde las vivencias con los abuelos hasta las amistades que le han acompañado en décadas, como esa familia en la que todos vivieron la orfandad.
“Es poesía lírica, una retahíla de versos que fui organizando por temas”, explica Martínez sobre los textos que aunque se basan en su vida y recuerdos, expone una necesidad de la que “tenía que hablar”.
Nacido en una familia de raíces mixteca y zapoteca, los poemas de Víctor recurren a la relación con sus abuelos, a quienes considera “una puerta muy temprana para encontrarme en la vida en un mundo distinto”. Asimismo, aborda el núcleo familiar que le permitió entablar amistades que aún conserva y que datan de tiempos en los que estudió la primaria.
De estos amigos, el autor plasma la coincidencia en torno a la orfandad. “El que no había perdido a la madre había perdido al padre, el que no, no convivía con él. Éramos como 10 que estábamos en orfandad”.
En su poesía, que marca el inicio de una trilogía, el autor también se remite a al ámbito erótico-afectivo y a la crítica al poder. De esta, subraya su necesidad en un momento de transición, independientemente de los regímenes que existan.
Junto a El tiempo y las arenas estará un volumen Lagunaria, con alusiones a las costas oaxaqueñas. Un título más será el de Entre la sed y la luz, “una propuesta más existencial, más reflexiva y filosófica”, como describe el autor.
Este fin de semana, Martínez presentó el volumen en la librería Grañén Porrúa, en la ciudad de Oaxaca. Al libro lo anteceden 11 discos en los que el cantautor ha retomado las tradiciones de su estado y de su país, además de las influencias que ha percibido en la música mexicana, alimentada por la música cubana o los ritmos norteamericanos de las etnias de aquel país, por ejemplo, el blues.
